'Ya no podrán hacerles más daño a nadie' fue el grito tras la sentencia de 40 años de cárcel

Familiares de las turistas argentinas en el Tribunal Penal de Santa Elena. Foto: EL COMERCIO

Familiares de las turistas argentinas en el Tribunal Penal de Santa Elena. Foto: EL COMERCIO

Familiares de las turistas argentinas en el Tribunal Penal de Santa Elena. Foto: EL COMERCIO

“¡Justicia, se hizo justicia¡” decía Gladys Steffani, madre de María José Coni, cuando uno de los jueces del Tribunal Penal de Santa Elena dio a conocer la resolución que sentenció a 40 años de cárcel a Segundo P. y Eduardo D., procesados por la muerte de las dos turistas argentinas.

Los familiares de María José Coni y Marina Menegazzo, las jóvenes asesinadas en Montañita, se abrazaron y lloraron en la sala de audiencias del Tribunal Penal de Santa Elena, cuando escucharon la resolución del caso.

Mientras que en otro lado de la sala los familiares de Eduardo D. también lloraban por la sentencia que lo condenaba como coautor.

Segundo P., quien fue acusado como autor del hecho, permanecía con cabeza baja cuando los jueces dieron su resolución y se mantuvo así hasta el final. Al contrario, Eduardo D. miró a su familia y lloró. Luego la Policía los sacó de la sala, donde se había realizado la audiencia de juicio desde el 8 de agosto pasado y que concluyó la tarde de este miércoles 17 de agosto del 2016 con una sentencia de 40 años de cárcel.

Uno de los familiares de las argentinas fallecidas, les gritó: “¡Ya no podrán hacerles más daño a nadie. Asesinos!”.

Luego a la salida de la audiencia, Flor María Rodríguez, prima de Eduardo D., dijo que fue una injusticia lo que le hicieron a su familiar. “Mi primo es inocente, la única culpa de él es haberle dado la mano a las dos extranjeras. Ellos están alegres de lo que lograron pero nosotros también tenemos derechos”, indicó.

Marco Menegazzo, hermano de Marina, no quedó satisfecho con la pena de 40 años, cree que merecían más. “Nada de esto me va a devolver a las chicas”.

Steffania dijo: “No me siento feliz porque esto no me devuelve a mi hija, pero sí es un alivio saber que ya no podrán hacerle más daño a nadie”.

Hernán Ulloa, del equipo de abogados de las familias argentinas, sostuvo que la sentencia fue acorde al pedido que hicieron, pues las pruebas que se presentaron demostraron que los procesados fueron los culpables, aunque hay más personas involucradas en el proceso.

Suplementos digitales