Un as en cambiar el laurel en futbolines y billares
Redacción Construir
Fabricar muebles de entretenimiento es una de las fortalezas de Rubén Flores. Desde hace 10 años se dedica a elaborar futbolines, mesas de billar, mesas para juegos de barajas...
Él y otras siete personas más, en Brouni, fabrican los accesorios de las salas de juegos. En estos muebles se utilizan maderas de seike y laurel negro del Oriente.
El proceso de manufactura para un futbolín, por ejemplo, se inicia con la elaboración de las patas. Luego se procede a armar la primera caja, que será la base de la mesa. Tiene 15 cm de espesor, 1,40 m de largo y 0,70 m de ancho. Es una medida estándar.
En el fondo de la mesa se instalan dos tableros en forma triangular, que servirán para permitir que la pelota resbale sin líos. Además el mueble tiene una especie de cajones que son los que guardan los balones del juego.
Sobre esta caja se coloca otro cuadro, en el que se pone el tablero de MDF que es donde va dibujada la cancha. Solamente los arcos tienen paño.
El proceso de lacado es similar al de cualquier mueble. La elaboración de un futbolín dura dos días. En el mercado se puede comprar en USD 395.
Pero, además de los futbolines, Flores cuenta que se fabrican mesas reversibles. Por ejemplo, una de billar que se transforma en una de comedor o una de naipes que se hace de ajedrez.
La que más toma tiempo es la mesa de billar, especialmente si es reversible. Hay varios tipos. Adicionalmente a la de billa-comedor, existe una que es de pimpón y de billa; otra que puede ser un desayunador y, al darle la vuelta al tablero, es de barajas.
La garantía que se da sobre estos muebles es de dos años. La mesa de naipes, incluidas las sillas, cuesta USD 580, mientras que las de billa van desde los USD 1 200. En la fábrica se elaboran 20 mesas de billar al mes.