La orden de dar por concluida la concesión de la frecuencia de radio Arútam, emisora del pueblo Shuar del Ecuador, ha dado pie para que todo el país conozca algo más de la cultura de este importante conglomerado de ecuatorianos que habita en la Amazonia sur del país. Primero hay que decir que esta emisora tiene sus orígenes en la radio Federación, una estación de La Federación de centros Shuar del Ecuador y cuya labor principal es la de alfabetizar en la lengua nativa y entregar productos de comunicación en shuar para los miles de pobladores de ese origen. Según estimó en una entrevista reciente la legisladora de Pachakutik por Morona Santiago, Diana Atamaint, perteneciente a esa nación, unos 100 000 shuaras habitan en el Ecuador.
El pueblo Shuar, pueblo cazador, guerrero, luchador es un “Pueblo de fuertes” como titula un libro de su historia de Aij’ Juank. Resistió con valor y habilidad la primera invasión Inca desde cerca del año 1450. Túpac Yupanqui emprende la aventura guerrera y no pudo con las tácticas de guerrilla que los Shuar -plantearon- se mimetizaban en la selva y se comunicaban con sonidos similares a los pájaros -hasta que los bien apertrechados ejércitos sureños abandonaron esa ruta. Huayna Cápac también intentó que sus tropas penetren por los ríos Chinchipe y Cenepa. Desde la Cordillera del Cóndor fueron repelidos y ningún inca pudo ocupar la zona de Coangos. Las lanzas Shuar se volvieron a imponer. En 1599 la historia registra el alzamiento de los jíbaros -nombre con que se conoce al pueblo Shuar- para expulsar a los españoles de Sevilla del Oro (una población que queda al frente de Macas, al cruzar el río Upano, sitio físico de los alzamientos de 2009 y que causaron la muerte del maestro shuar Bosco Wizuma). La quema de la ciudad y la huida de los españoles es un hito del pueblo Shuar.
En la guerra del Cenepa, que el Ecuador recuerda 15 años después, el batallón de Iwias y los guerreros shuaras tuvieron gran importancia en la lucha por su condición de conocedores de la zona de combate, su disposición guerrera y su ejemplar despliegue táctico, conforme lo reconocen los altos jefes militares.
Arútam es el Dios de dioses del pueblo Shuar. Según Juank es la raíz y la mentalidad del mundo shuar. “El shuar auténtico no hace nada sin que el Arútam se lo haya predicho. Es dueño del presente y del futuro”. Se invoca con este nombre a todos los espíritus protectores.
En estos tiempos de embates contra la libertad de expresión y en coincidencia con el debate de la Ley de Comunicación, ratificar el cierre de una radio simbólica, indispensable para el desarrollo y contenido de la cultura Shuar sería un gran despropósito.
Comprender la complejidad que entraña la unidad en la diversidad es indispensable para el futuro la nación y su supervivencia.