Redacción Cuenca
Aunque todas las referencias bibliográficas dicen que nació en Buenos Aires, Arturo Carrera no se cansa de decir que fue por coincidencia. Él es de Coronel Pringles, un pueblo de la provincia de Buenos Aires, y allí vivió siempre, por lo menos físicamente, pues sus poemas residen en todo el mundo hispanohablante.
Festival poético
El Festival está inspirado en la Fiesta de La Lira, un festival poético que se realizó en Cuenca a inicios del siglo pasado con poetas como Remigio Crespo, Honorato Vázquez, Alfonso Moreno Mora, Roberto Crespo, Remigio Tamariz, entre otros.
El ganador de la primera edición fue el quiteño Alexis
Naranjo. En esta ocasión el
poeta fue parte del jurado de premiación del certamen.
El vicealcalde Fernando Moreno anunció que para la siguiente edición, prevista para 2011, el Municipio de Cuenca impulsará dos premios adicionales, la Violeta y el Capulí de oro.
Según Cristóbal Zapata,
director académico del festival de La Lira, 61 poetas presentaron sus publicaciones para formar parte de este certamen. Un jurado especial seleccionó a los 10 finalistas.
Esta semana su poemario ‘Las cuatro estaciones’ vivió en Cuenca y cinco poetas de Argentina, Uruguay, Cuba, Ecuador y México lo eligieron como el mejor de los 10 finalistas que tuvo el certamen de poesía Festival de La Lira que se desarrolló esta semana en Cuenca.
El Festival impulsado por la Casa de la Cultura, núcleo del Azuay, y la fundación Banco del Austro le otorgó un premio económico de USD 30 000. Carrera y otros 13 poetas de México, Uruguay, Colombia, Perú, Lima, Chile y Ecuador estuvieron esta semana en la capital azuaya.
La poesía de Carrera es, como la define su compatriota Tamara Kamenszain, “una poesía intimista que recupera la infancia de una manera contemporánea, no como evocación sino como algo vivo”. Ella fue quien junto a José Koser (Cuba), María Baranda (México), Alexis Naranjo (Ecuador) y Roberto Echavarren (Uruguay) eligieron su obra.
La escritora asegura que el estilo de Carrera tiene una voz que se puede identificar con facilidad. Ella está convencida que sus libros son parte de un proyecto común que se va armando en cada publicación.
Y él también parece sentirlo así, pues tiende a hablar en verso. Dice que su poesía es semi abstracta, porque puede ser simple y otras veces barroca.
A pesar de que el año pasado cumplió 60 años, Carrera no deja de actualizarse con las nuevas tecnologías. El poeta asegura que Internet es una de las herramientas más efectivas para la difusión de la poesía actual y que los blogs y sitios web son los espacios más precisos para a explorar nuevos estilos y formas de hacer poesía.
Su aporte a la poesía actual no está solo en los nuevos medios. En Coronel Pringles preside el festival Estación Pringles, que reconoce con el premio Indio Rico, a las mejores obras inéditas de poetas menores de 35 años.
Por eso, el poeta uruguayo Eduardo Espina lo usa como referente en sus clases doctorales de poesía en la Universidad Texas AM. Lo sigue desde hace casi 30 años y eso le da la solvencia para calificar a Carrera como “un poeta que se lee con respeto”. O para reafirmar aquella idea de Kamenszain de que se trata de un poeta con voz propia.
Esa voz se nota desde sus inicios en su obra ‘Escrito con nictógrafo’ (1972) y se ha plasmado en 17 poemarios, un ensayo, tres antologías y seis libros escritos en colaboración con escritores como Teresa Arijón, Emeterio Cerro u Osvaldo Lamborghini.
Mantener ese estilo es uno de los principales méritos del poeta, dice Espina. El uruguayo afirma que en la literatura es fácil encontrar figuras “camaleónicas”, por su tendencia a ajustarse a las modas. Pero, dice, quien logra evadirlas siempre se destaca.