El artesano Jaime Cabascango hace cinco años cambió su giro de negocio de confección de textiles a bisutería. Foto: José Luis Rosales/ EL COMERCIO
Tapices, ponchos de oveja y de alpaca, abrigos, bufandas, bisutería tradicional, entre otros, se ofrecía este 6 de septiembre del 2020 en la Plaza de Ponchos, en Otavalo, en la provincia de Imbabura.
Este mercado de artesanías, considerado uno de los más grandes de la región, es tradicionalmente un lugar de visita para el turista nacional y extranjero.
Para adaptarse a la nueva normalidad desde hace 11 días se aplica un plan piloto, que incluye medidas de bioseguridad, en esta manzana construida en 1972. Los cerca de 600 artesanos se turnan para poder salir a vender los artículos que los fabrican en sus talleres.
Luz María Camuendo explica que le asignaron el color verde, por lo que puede trabajar los martes, jueves y domingo. Esta mujer indígena, que lleva 32 de sus 45 años vinculada a esta tarea, está contenta de volver a su puesto y ofrecer chalinas, cobijas y abrigos de lana de borrego, tras cinco meses y medio de cierre.
El Comité de Operaciones de Emergencias (COE) cantonal aprobó un plan presentado por los artesanos que busca brindar garantías a los turistas.
Por eso, la ferias en las calles aledañas siguen suspendidas mientras se evalúa el impacto de la pandemia.
Alberto Vega, presidente de la Asociación Interprofesional Maestros Operario de la Plaza de Poncho, cuenta que el turista nacional paulatinamente llega a este atractivo cultural. La organización ha pedido apoyo en la promoción. Por lo pronto, la Plaza de Ponchos abre de domingo a viernes, de 09:00 a 17:00.