Redacción Santo Domingo
El arrozal de Ulbio Mendoza parecea una inmensa llanura verde que se pierde en el horizonte.
El cultivo de 400 hectáreas está en Quevedo (Los Ríos) y la recolección comenzó esta semana.
La cosecha arrancó en esa provincia, Guayas y Manabí, donde está concentrada la siembra de arroz de invierno.
El agricultor prevé que sacará 900 quintales diarios.
Mendoza utiliza una cosechadora John Deere. Dos operadores controlan la máquina, similar a un tractor, que rueda sobre las espigas. El arrocero es optimista, pues cree que este año la cosecha será buena. “En el verano no hubo mucha sequía y el invierno no fue muy fuerte en esta región”.
Pero está preocupado porque sabe que Los Ríos y Guayas, las provincias más productoras, no tienen capacidad de almacenamiento. “Eso puede causar una sobreoferta de arroz, por lo que los precios bajarían en perjuicio de los agricultores”.
La plantación está en el recinto Pavón, de la parroquia San Carlos. Hasta allí se llega por un camino lastrado, desde la carretera a Ventanas. En ambos lados aparecen los inmensos arrozales con sus espigas listas paras la cosecha.
Esta temporada, el productor recibirá USD 28 por cada saca de arroz (205 libras), según el subsecretario del Litoral, Rafael Guerrero. La mayor producción saldrá en mayo.
Víctor Haón, presidente de la Asociación de Productores de Ciclo Corto (Aprocico), calcula que saldrá 1 millón de toneladas en esta nueva cosecha.
Esta cantidad supera las cosechas de años anteriores, dice.
Por eso, el gremio -del cual es parte Mendoza junto con 127 socios- está preocupado porque no hay lugar para almacenar el arroz.
Según Haón, la Unidad Nacional de Almacenamiento (UNA) de Los Ríos y Guayas tiene capacidad para almacenar apenas 50 000 toneladas.
Por este motivo, los agricultores arroceros piden que se fije el nuevo precio del arroz y que se exporte a Colombia. En ese país el precio del quintal es de USD 36.
Haón contó que envió varias cartas al ministro de Agricultura y Ganadería, Ramón Espinel, “pero no hemos recibido ninguna respuesta”.
El dirigente arrocero dijo que el Ministro debe salir de su cargo. Ante la falta de respuesta, los miembros de Aprocico convocaron a un paro el lunes pasado, que al final no se realizó.
No todos los agricultores están de acuerdo con la salida de Espinel. Por ejemplo, Washo Núñez, presidente de la Junta de Usuarios de Riego de Babahoyo, opinó que eso demoraría aún más los trámites de exportación. “Nos dejarían cruzados de brazos hasta que nombren un nuevo subsecretario, visite la UNA y otros centros de acopio, lo que paralizaría a nuestro sector.
En respuesta, el Ministro Espinel explicó que este año habrá una cosecha récord de 900 000 toneladas. Para mantener el precio, se exportarán 150 000 toneladas de arroz a Venezuela.
Las primeras 20 000 toneladas se están embarcando en el Puerto de Guayaquil. La salida se realizará entre hoy y mañana.
Otro anuncio de Espinel fue la compra de 500 000 toneladas de la actual cosecha; de esas, 130 000 están comprometidas para el envío a Venezuela. Las ventas se realizarán entre mayo y julio, durante la cosecha.
Aunque los arroceros están pesimistas de esta negociación -por tardía- y dudan que este anuncio se cumpla.
El Secretario del Estado en declaraciones públicas en Santo Domingo dijo que por el incremento de la cosecha se planificó el aumento de los silos públicos y privados cerca de las zonas de producción.
Uno de las piladoras y centros de acopio pertenece al empresario Tomás Haón. Sus instalaciones están en capacidad de almacenar 800 000 quintales (4 000 toneladas). Su piladora está en capacidad de procesar 280 quintales por hora. Este local está arrendado a la UNA.
La comercialización del producto
El Gobierno alquiló la piladora y bodegas de Wilfredo Villar en Ventanas (Los Ríos). Tiene capacidad para secar y limpiar 7 000 quintales.
El Magap tiene una propuesta para crear una empresa de almacenamiento y de comercialización. La idea es que el Estado venda y exporte el 25%, para garantizar un precio justo al productor.
Mientras se busca exportar a Colombia, los arroceros de ese país dicen que no necesitan el producto.