Lo que le pasó o hizo Jhovani Ibarra no es para condenarlo. Es verdad que la última semana es una de las peores semanas en su carrera de arquero. Salió mal, midió mal los tiempos para contener un balón’; cometió errores que le costaron las derrotas a su equipo el Deportivo Quito.
Pero días así los tiene cualquier deportista; cualquier persona en diferentes profesiones; lo que pasa es que el futbolista es sujeto de una censura mediática. En esta ocasión le tocó a Ibarra, antes fue a José Cevallos, Marcelo Elizaga, Christian Mora’, los cuales en sus funciones de arqueros evidencian errores que son más notorios que en los puestos de defensa, mediocampista o delantero. En ocasiones, desde esta función, nos excedemos en calificar la función de un futbolista, claro sin mala intención. Por eso pongo una frase que me dijo el técnico Francisco Maturana: “Es difícil levantar la estima de un futbolista. Tengan en cuenta que este se deprime fácil y pasan semanas, y hasta meses, para que vuelva a su normalidad”.