Santiago Estrella. Corresponsal en Buenos Aires
Argentina es uno de los países de la región con más alta tasa de donación y trasplante de órganos. A través del Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), el país realiza unos tres trasplantes diarios.
En 2009 hubo 500 donantes efectivos que permitieron 1 192 trasplantes. Es decir, que Argentina tiene 12,5 donantes por millón de habitantes. En lo que va de 2010, en lista de espera están 5 908 pacientes, con 26 trasplantes de 13 donantes.
40 000 donantes
La Fundación Argentina de Trasplante de Órganos y Tejidos se creó en 2006, con el fin de posibilitar las intervenciones quirúrgicas a pacientes diabéticos en lista de espera por un trasplante renopancreático.
Este tipo de operación permite mejorar la calidad de vida de los pacientes y les ofrece la posibilidad de independizarse de la diálisis y del uso de insulina.
El 2009 hubo 40 000 donantes voluntarios de médula ósea inscritos en el Registro Nacional de Donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas.
Aunque algunas cirugías llegan a tener impacto mediático –el último y más conocido fue el de Sandro, a quien le hicieron doble operación: de pulmones y riñón- es política del Incucai mantener en reserva la identidad de los pacientes que esperan algún órgano. Esto -explican- para asegurar la equidad.
“Los criterios de asignación de órganos y tejidos se sustentan en normas nacionales, que aseguran la equidad en el acceso al trasplante. El orden de la lista de espera se establece en cada operativo de donación, según compatibilidad, situación clínica, antigüedad en la lista de espera y ubicación geográfica. De acuerdo con estos criterios, los órganos son asignados a los pacientes por un sistema informático (Sintra)”, señala el presidente del Incucai, Carlos Soratti.
El proceso puede ser largo y exige toda una estructura sanitaria, que incluye aviones y ambulancias con total asepsia. En Argentina, toda persona es considerada posible donante.
Todo depende de la voluntad del donante. Si la persona en vida manifestó su voluntad de donar órganos, los médicos se encargan de avisar a los familiares que llevarán a cabo la ablación.
En caso de que no haya una constancia expresa, los galenos piden a algún familiar que dé testimonio de que el fallecido hubiera querido donar sus órganos. Si en vida había manifestado que no quería que su cuerpo fuera intervenido, se suspende inmediatamente el proceso.
Si en 2009 hubo 500 voluntarios, en 2008 fueron 519. Según el Incucai, esta leve caída ocurrió en los meses en que la pandemia de la gripe AH1N1 afectaba a todo el país.
Según las cifras, 754 trasplantes fueron renales, 237 hepáticos, 89 cardíacos, 67 renopancreáticos, 24 pulmonares, seis cardiorrenales, cinco hepatorrenales, tres pancreáticos. Cuatro cardiopulmonares, dos intestinales y un hepatointestinal.
También se concretaron más de 900 trasplantes de córneas y hubo 321 donantes de tejidos.
Argentina es el país con más trasplantes cardíacos, pulmonares y pancreáticos en la región .