Argentina fue agripada a las urnas

Santiago Estrella Garcés, Corresponsal en Buenos Aires

En el frío invernal argentino, el sol apenas se asomó a las 08:00. Las escuelas abrieron sus puertas -unas puntuales, otras con atraso de una hora- para recibir a los electores. Fue una elección en donde se plebiscitaba la gestión de los Kirchner, en el poder desde 2003 en Argentina.
 

 La hora decisiva
 El oficialismo  necesita en la provincia de Buenos Aires un triunfo holgado que le permita contrarrestar la segura sangría de votos en provincias agroindustriales como Córdoba (centro) y Santa Fe (centro-este).
“El rumbo político  y económico del Gobierno está en juego porque de las mayorías parlamentarias depende la continuación  de algunas políticas”, dijo Edgardo Mocca,  politólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires.
De Narváez,  quien compite en el mismo distrito electoral contra  el ex presidente Kirchner, llegó a la mesa de votación acompañado del actor que lo imita en la parodia televisiva  ‘Gran Cuñado’, del conductor Marcelo Tinelli (el mismo de ‘Video Match’). Este  espacio de humor político  tiene más audiencia que los programas de opinión.

Hubo denuncias de posible fraude y cuestionamiento al sistema electoral de boletas (que en ocasiones pueden ser entregadas por los propios candidatos) y no de boleta única. Aunque en la provincia de Córdoba, en el centro del país, se habló de   irregularidades, las elecciones se realizaron sin mayores alteraciones.
 
Sin embargo, hubo un invitado al que se esperaba sin ansia alguna: la gripe AH1N1. Está instalada en Argentina. Hasta ayer hubo 26 muertes en más de 1600 casos, la mayoría en Buenos Aires. El sistema de salud se ha visto desbordado y el temor se ha ido apoderando de varios. Algunas autoridades de mesas, policías y militares usaban mascarillas. En otras mesas había alcohol en gel para limpiarse las manos.
 
“Tengo un poco de miedo, claro. Solo me protejo un poco. Son muchos los que vienen y cualquier cosa puede pasar”, dijo Patricia, fiscal de mesa de la localidad de Flores.

Quienes no parecían tener miedo eran los candidatos. “Caminé todos los barrios y ningún resfrío”, dijo con humor el ex presidente Néstor Kirchner, cuando se le preguntó por qué no había acudido con mascarilla. Más serio fue Mauricio Macri,  jefe de gobierno de Buenos Aires: “Tampoco es para exagerar. Hay que tomar todas las precauciones, pero es una gripe como la que tenemos todos los inviernos; no hay que ser alarmistas”.

Más no podían decir. Aunque hicieran ocho grados al mediodía, ya todos habían votado y los rodeaba un enjambre de periodistas, camarógrafos, fotógrafos, policías y curiosos que querían por lo menos una fotografía.

Aunque ninguno tuviera el tapabocas, el tema parecía adquirir mayor importancia de lo que se veía. A las 14:30, cuatro horas antes del cierre de los comicios, apenas el 30% de los empadronados se había hecho presente, un posible signo del temor.

Ayer ya se hablaba de la renuncia de la ministra de Salud, Graciela Ocaña, para hoy o quizá mañana. Si no lo había hecho antes, especulaban, es porque hubiera sido el reconocimiento de que el virus es más fuerte que las políticas oficiales, una mala noticia en tiempos de campaña. Recién esta semana se puede declarar la emergencia sanitaria.
 
Los comicios, finalmente, revelaron una verdad de la que pocos se sienten orgullosos. El bajo nivel de la campaña hizo que un programa humorístico (‘Gran Cuñado’, parodia de ‘Gran Hermano’ en la que se caricaturiza a los políticos) se convirtiera en el púlpito con mayor llegada al votante. Ayer, si bien los candidatos ocupaban el centro del escenario, cuando llegaban los imitadores, el revuelo era mayor.
 
Al  cierre de esta edición, aún no se conocían cifras oficiales en lo que será la nueva composición de las dos cámaras (senadores y diputados). Néstor Kirchner embanderaba las fuerzas del oficialismo al postularse por la provincia de Buenos Aires. En frente tenía a Francisco de Narváez, de Unión-Pro (derecha), con quien pugnaba voto a voto la preferencia de los 10 millones de electores, en esa provincia, que corresponde al 38% de total nacional.

“El país elige entre dos modelos”, dijo la presidenta Cristina Fernández, desde la provincia de Santa Cruz (sur del país). En cambio, un hombre cercano a De Narváez dijo a este Diario: 
“Vamos tranquilos, los números que manejamos nos favorecen”.
 Argentina, país que conoció los rigores de las dictaduras, en plena celebración de la democracia se enteraba de que en Honduras ocurría un golpe de Estado.

“Hoy los argentinos afortunadamente estamos haciendo uso de nuestro derecho democráticamente”, dijo Cristina Fernández, al expresar su preocupación por Manuel Zelaya. El candidato por la ciudad de Buenos Aires, Carlos Heller, dijo que “trae muy malos recuerdos, de una historia triste con golpes de Estado”.

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