Ocho árboles muertos fueron cortados a lo largo de la Alonso de Angulo. Foto: Betty Beltrán / EL COMERCIO
Con mucho cuidado, como si se tratara de una operación que requiere la máxima precisión, 15 personas se emplearon a fondo hoy sábado, 29 de octubre, para cortar las acacias muertas ubicadas a lo largo de la avenida Alonso de Angulo. La cuadrilla pertenece a la Unidad de Espacio Público del Municipio.
Entre el pasado fin de semana y hoy ya suman ocho árboles muertos que han sido sacados de su sitio. Luis Paredes, morador del sector, mencionó que hace tiempo algunos árboles del lugar estaban negros de lo seco que estaban y era un peligro para los conductores y peatones del sector.
Por eso felicita que este plan piloto se haya activado en su zona. A lo largo de la Alonso de Angulo, desde la Concha Acústica hasta empatar con la Av. Mariscal Sucre, ya se han cortado ocho ejemplares.
La mayoría de esos árboles tienen entre 20 y 25 años y, según el vecino Paredes, por efectos del smog fueron perdiendo su verdor. No sirven ni para dar sombra, acota Alicia Ávila, otra moradora.
La cuadrilla de obreros municipales se encargó de cortar en pedazos a los árboles y luego sus parte trasladarlas al parque Cuscungo, ubicado en la autopista General Rumiñahui; la idea es realizar, con ese material, abono para los viveros que tiene el Municipio de Quito.
Se sabe que dentro de unos días, tras recuperar la tierra donde estaban plantadas las acacias muertas, se procederá a plantar nuevas especies, sobre todo nativas y que aguanten la alta contaminación que se registra a lo largo de las avenidas principales de Quito.