Algunos socios del ‘Flu’ lograron ubicarse detrás de las rejas y aplaudieron a sus ídolos. Lo más reconocidos: el técnico Cuca, Fred, Fernando Henrique. Patricio Urrutia, presente en la práctica, pasa desapercibido para la afición de esa localidad.
Pero a los hinchas de Fluminense ni la adversidad los ahuyenta. Hasta ayer, había más de 45 000 boletos vendidos para la segunda final de la Sudamericana.
Con el paso de las horas, los directivos están seguros que se agotarán. Estos boletos se expenden en sitios tan disímiles como la sede de Flamengo, en Gavea.
El apoyo a Fluminense es incondicional. Luego de caer en Quito, más de 300 personas fueron a recibir al equipo en el aeropuerto. En el partido del domingo, frente a Sport Recife, estuvieron más de 30 000 aficionados y en la última práctica, en Laranjeiras, la barra brava organizó un banderazo con 100 asistentes.
Todos quieren ver una ‘vengaza’ contra Liga, que el año pasado los dejó sin el título de la Copa Libertares, en su casa.