El apoyo del sector privado marcará las obras del 2017

La Ruta Viva se inauguró en diciembre de 2014. La vía comienza en San Juan, en Cumbayá, y recorre hasta Puembo Foto: Pavel Calahorrano/ EL COMERCIO

La Ruta Viva se inauguró en diciembre de 2014. La vía comienza en San Juan, en Cumbayá, y recorre hasta Puembo Foto: Pavel Calahorrano/ EL COMERCIO

La fase III de la Ruta Viva se iniciará en el Intercambiador Auquitas y llegará hasta Tababela. Imagen referencial Archivo / EL COMERCIO

El 2017 viene marcado por el desarrollo de nuevos proyectos importantes para la capital, donde la intervención del sector privado jugará un papel estelar. El Municipio tiene en la mira el impulso de proyectos que implican inversión de empresas privadas, como alternativa ante la situación económica de recesión por la que atraviesa la ciudad y el país.

Para este año, el presupuesto general del Municipio de Quito evidencia una reducción del 4% respecto del anterior: es decir, pasó de USD 1 409 millones a 1 359 millones. Bajo este panorama no se cuenta con recursos para embarcarse en el desarrollo de grandes obras, de allí la importancia de buscar capital privado para sostener el crecimiento de la ciudad y generar mayor empleo y movimiento económico.

Álvaro Maldonado, secretario de Desarrollo Productivo y Competitividad del Municipio, sostiene que las alianzas público-privadas son la mejor alternativa cuando los recursos son limitados, y precisamente bajo esa modalidad se pretende arrancar este año varios proyectos de un portafolio que registra 27 planes.

Hasta el momento se cuenta con más de 160 cartas de interés por parte de inversionistas. Entre aquellas que han recibido más atención por la empresa privada están la planta de tratamiento de aguas servidas Vindobona, la construcción de una vía perimetral metropolitana que bordee la ciudad por el oriente y el funicular de El Panecillo. Las tres obras le representarían a la ciudad una inversión de USD 2 107 millones aproximadamente.

Uno de los mayores problemas de la capital es la contaminación de sus ríos. Solo el 1% de las aguas residuales arrojadas a los afluentes es tratada, el resto va a las quebradas. El proyecto Vindobona, que se ubicará en San Antonio de Pichincha, busca tratar a las aguas residuales de Quito y las parroquias de Nayón, Zámbiza, Pomasqui, Calderón y San Antonio, excepto aquellas áreas del sur de la ciudad cuyas aguas residuales serán tratadas por las plantas de Quitumbe, El Beaterio y del Sistema 9.

Este proyecto cuenta con los estudios de factibilidad y diseños definitivos. Para su construcción se requiere una inversión aproximada de USD 900 millones. Tendrá una capacidad de tratamiento de 7 550 litros de agua por segundo, provenientes de los colectores e interceptores que se construirán en los ríos Machángara, San Pedro y Monjas.

Contará con dos túneles para la captación y conducción de aguas: el primero desde La Tola hasta Vindobona (28 km) y el segundo desde San Antonio de Pichincha a Vindobona (2,5 km). Tendrá tres hidroeléctricas que producirán 43 megavatios. Hasta el momento se cuenta con ocho cartas de interés por parte de inversionistas.

Otro de los proyectos que despunta es la construcción de la Nueva Perimetral: una vía que bordea a la ciudad por el oriente, paralela a la av. Simón Bolívar. La vía constará de dos tramos: el primero nace en la Autopista General Rumiñahui, bordeará las lomas de Puengasí, Lumbisí, Auquitas, Guangüiltahua y llegará a Nayón y Gualo. Y un segundo que empieza en la autopista General Rumiñahui y termina en Tambillo (sur). Demandará una inversión de aproximadamente USD 1 200 millones.

Otro de los proyectos es la construcción de un Funicular en El Panecillo. Un estudio realizado por el Municipio determinó que es el mirador más visitado de la capital.

El Funicular partirá desde La Ronda y llegará hasta La virgen del Panecillo. El valor referencial para este proyecto es de USD 7 millones. El objetivo de esta obra es consolidar un corredor turístico en el Centro Histórico que integre La Ronda, el bulevar de la 24 de Mayo y El Panecillo, además de brindar una alternativa de movilidad para la población fija y flotante del Centro Histórico.

Entre los proyectos que también han recibido cartas de interés está la construcción de la fase III de la Ruta Viva, que se iniciará en el Intercambiador Auquitas y llegará hasta Tababela (USD 60 millones) y la extensión del Sistema Integrado de Transporte Público hasta Carapungo, con carriles exclusivos, paradas y estaciones, por USD 66 millones.

Marco Córdova, urbanista, profesor e investigador de la Flacso, explica que el tema de las alianzas público-privadas fueron pensadas como complementarias, pero han sido criticadas porque tienden a privilegiar la rentabilidad. De allí la importancia de tener contrapesos de control.

El Secretario de Desarrollo Productivo y Competitividad del Municipio aseguró que los contrapesos se establecen a través de los estándares técnicos que el gobierno local predetermina. Para esto, dice, se conformará un comité interinstitucional, pero además se contará con el consejo consultivo de competitividad, con la participación de sector privado y académico.

Suplementos digitales