Redacción Tecnología
No son los actuales transbordadores los que inspiran a los ingenieros de la NASA en la construcción las naves del futuro.
Sus diseños están basados en lo que ellos llaman “las eficientes cápsulas de la era pretransbordador”, entre las que está la cápsula Apolo 11, que hace 40 años llevó a tres astronautas a la Luna.
La revista Science advierte que el diseño de Apolo no era convencional -en aquella época se desarrollaban naves afiladas, como ojivas nucleares.
El Apolo lucía como un cono. Gracias a esta forma, cuando la nave reingresaba al Tierra a alta velocidad, el aire se acumulaba delante de la misma.
Esta capa de aire actuaba como aislante térmico: se calentaba absorbiendo parte de la energía y luego escapaba por los bordes. Así, se reducía el calor que llegaba hasta los tripulantes.
El ecuatoriano Leonardo Basile, PhD en Física, ofrece otro dato que hizo que el Apolo tuviera éxito en el transcurso de la misión. “Uno de los factores que permitieron que la nave se pose en la Luna, fue el mecanismo de encuentro en la órbita lunar”.
Consiste en lanzar un único cohete con la cápsula Apolo y un vehículo de descenso.
La cápsula permanece en órbita lunar mientras el vehículo desciende. Luego el vehículo despega de la Luna encontrándose otra vez con la cápsula en la órbita lunar. Este mecanismo garantizó el alunizaje.
A diferencia del Apolo, los actuales transbordadores no demostraron ser tan eficientes.
La realidad demostró que debían pasar meses entre el aterrizaje de un transbordador y su regreso al espacio.
Tras cada misión, había que sustituir cientos de losetas térmicas para garantizar la integridad de la nave y someter sus motores a complejas reparaciones.
Por esta y otras razones, el Apolo resulta ser un modelo a imitar.
Aunque vehículos Orión -cuyas maquetas fueron mostradas hace un mes- tienen semejanzas con el Apolo 11, su aviónica lleva el nuevo diseño del siglo XXI.
A diferencia del Apolo, las cápsulas Orión tendrán mayor espacio habitable, con todos los sistemas informáticos enlazados a pantallas táctiles. El Apolo 11 contaba con un solo computador. Marco Jarrín, ingeniero informático, dice que esta máquina funcionaba a una velocidad de 1 MHz. “Los celulares poseen un promedio de velocidad mil veces superior a la de la computadora del Apolo 11”.
Punto de vista Juan Varela/ Investigador y catedrático
Las tareas del transbordador
En la década de los setenta el transbordador espacial parecía ser el futuro, sobre todo por los altos costos de los cohetes tradicionales.
La prioridad de la NASA era abaratar el acceso al espacio. En realidad fueron de suma utilidad, pero dejarán de funcionar a partir del 2010.
La gran limitación de los transbordadores es que no existe en la actualidad una gran demanda de satélites y misiones que justifiquen su existencia. No existe ninguna necesidad de lanzar decenas de misiones tripuladas al año.
Pero hay que reconocer que ayudaron a poner en órbita de satélites y observatorios astronómicos como Chandra y fueron indispensables en el mantenimiento del Hubble.