Los antigripales generan 10 millones de dolares anuales en el país

En la farmacia Vida Nueva del sector de Barrio Nuevo, en el sur de Quito, se venden 10 tipos de antigripales.

El propietario de este local, Carlos Valle, señala   que de ellos, tres tienen mayor demanda, especialmente en  el  invierno.

Igual ocurre   en las farmacias Comunitaria Oriental (Luluncoto) y en la Económica (Villa  Flora). José Bacusoy, quien administra este último negocio, sostiene   que permanentemente llegan personas agripadas en buscan de algún antigripal (expende  20 tipos).

Estudios  hechos  por  Intercontinental Medical Statistics (IMS),  un organismo internacional que asesora a  unas 100 farmacéuticas   que operan en  el país,    señalan que los  antigripales mueven  anualmente   un promedio de USD 10 millones.   Este monto    es    parte de los  USD 680 millones que en promedio  capta     al año     todo el mercado de medicamentos.

Solo  en el primer trimestre de  este año,   31    farmacéuticas que trabajan con  42 tipos de  antigripales   vendieron   1 400 000 unidades    por USD 5,8 millones.   

Patricio Silva, gerente  de  IMS, señala que   entre  2007  y 2008 la venta de medicinas para atenuar la influenza creció en un 7%. 

Pese a estas cifras,  la directora ejecutiva de la  Industria Farmacéutica de Investigación (IFI),  María del Carmen de Sáenz, respaldó   la decisión del  Ministerio de Salud  de suspender  temporalmente la publicidad  y difusión  de  este tipo de  fármacos.

En el boletín número  64  emitido por el  Ministerio de Salud  también  se indica que “estos medicamentos (antigripales)   deberán ser prescritos por un facultativo para su comercialización”.

Para  no  perder clientes,  Valle   continuará con el expendio  de   fármacos  de  libre acceso.  “Es difícil   no vender un antigripal y decir  que se vaya primero  al  médico. Por lo bajo  la consulta  cuesta USD 5 y eso es caro.  Por eso     ayudamos”.

Según  Salud, las decisiones se adoptaron  porque  los antigripales  ‘enmascaran’  los verdaderos síntomas de   AH1N1.   Pero el  médico infectólogo, Byron Núñez,   aseguró que  estos fármacos  “no producen mayor cosa  en esta  enfermedad”.  Y  pidió que    el Estado haga   controles permanentes  contra la automedicación  y no únicamente       por   temas coyunturales.

De allí que el jefe de Centro de Alto Riesgo Obstétrico del Hospital Carlos Andrade Marín (IESS) alertó que durante el embarazo,  el consumir medicinas sin   prescripción médica  acarrea más de  un problema.  Cuando eso  ocurre, se corre el riesgo de afectar al desarrollo del   embrión o del  feto.

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