Que el incremento de la actividad en el volcán Cotopaxi haya tomado por sorpresa al Ecuador no es novedad. En el país no se ha desarrollado una gestión de riesgos. En Quito, la última experiencia en la materia fue la lluvia de ceniza del 2002, cuando la erupción de El Reventador.
Por eso los talleres de este mes con pobladores de Latacunga, Salcedo, Mulaló y otros sitios aledaños al volcán Cotopaxi son vitales, pero acaso insuficientes, reactivos. Hay que decirlo: Gestión de Riesgos, la Secretaría, se acordó del tema solo después de que el Geofísico de la Politécnica informara del aumento de la emisión de gases y de eventos sísmicos en el volcán activo más grande del país.
Lo mal parado que tomó a todos el tema se refleja hasta en la comunicación del Estado. El martes 16, en la red social Twitter, las FF.AA. informaron del cierre del Parque Nacional Cotopaxi, el Geofísico pidió a la Secretaría de Riesgos que confirmara el dato y esta precisó que solo se había restringido el paso, hasta que el Ministerio del Ambiente publicó que el parque estaba operativo. Tanto FF.AA. como Riesgos borraron sus tuits.
Lo de ayer miércoles 17 solo corroboró esos saltos y brincos. El diario del Estado y la misma Secretaría de Riesgos informaron en sus portales digitales que se había declarado la alerta amarilla en el Cotopaxi. Las publicaciones desaparecieron cuando la representante de Riesgos dijo, en rueda de prensa -desde Samborondón-, que se mantenía la alerta blanca.
Las acciones reactivas son la evidencia de la carencia de gestión de riesgos. Por ejemplo, en Quito no existe un vínculo entre las unidades científico-técnicas, los organismos públicos de seguridad y la población, en materia de desastres naturales.
La gestión de riesgos no es una orden burocrática ni un tuit ni un taller ni un desembolso de fondos, tampoco se hace desde un cuarto de guerra con pantallas del tamaño de una casa. La gestión de riesgos es una cultura, una práctica cotidiana. En Ecuador es asunto pendiente sacar tan buena nota en la prevención como en la atención de emergencias.
Carta de la Secretaría de Gestión de Riesgos
Nota de la Redacción a la carta de Secretaría de Gestión de Riesgos