Barenboim, la música y la paz

Siempre enriquece hablar de paz. Enriquece mucho más cuando se habla con claridad en tiempos de guerra. Esa palabra cobra sentido de la historia y de humanidad cuando viene de quien ha hecho cosas fecundas por la paz.

Daniel Barenboim es uno de los músicos más famosos del mundo. Un pianista, fue niño prodigio, nació a pocas cuadras del famoso Teatro Colón de Buenos Aires (templo de la música clásica), llegó a gran intérprete y uno de los mejores directores de orquesta, es quien habla de paz.

Y habla con las credenciales de su autoridad como artista pero sobre todo, ciudadano universal. Exhibe sus cuatro pasaportes: el argentino, de nacimiento; el de Israel, la patria que le legaron sus antepasados y donde estudió; el de España y el de Palestina, muy emotivo para una persona de origen judío que se lo entregaron en Ramala después de consolidar el proyecto más hermoso de su vida.

Daniel Barenboim y el escritor palestino Edward Said gestaron, el 2009, la orquesta West-Eastern Diván. Jóvenes árabes y judíos se juntan cada verano para interpretar piezas maestras del repertorio clásico universal. El mensaje de la música es el de la paz.

Esta semana, Barenboim estuvo en su natal y amada Buenos Aires. El doctor Nelson Castro, periodista profundo y bien informado lo entrevistó en TN sobre el conflicto que tiene al mundo en vilo. Los bombardeos del Ejército de Israel a la Franja de Gaza, los ataques terroristas de Hamas hacia Israel.

Barenboim lo tiene claro: el relato de los palestinos y hebreos es distinto. Vale la pena explorar Internet, escuchar de su boca las versiones de la historia y las razones poderosas de uno y otro pueblo que comparten un mismo territorio y fronteras que no se han consolidado. Cabe conocer la experiencia de músicos jóvenes que tocan juntos una misma partitura por la paz pese a sus visiones distintas.

La palabra fresca y llena de humanidad de Barenboim es luz en medio del río de sangre. Que nazcan frutos algún día.

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