El Presidente de la República y su Ministro de la Política Económica intentan convencer a los ciudadanos que quienes están reclamando por el encarecimiento de los productos importados son pocos y son ‘pelucones’ que solo comen carne uruguaya o salmón holandés. A ver, quién de ustedes ha comido caviar, dijo en la reciente sabatina.
Tenía que poner el caviar como ejemplo para que gente asumiera que la salvaguardia afecta solo a los ‘pelucones’.
Si ponía como ejemplo a otros productos importados salía mal parado. Porque también pudo preguntar quién compra computadoras, discos duros, cocinas, televisores, muebles, llantas, manzanas chilenas, ropa, triciclos, bicicletas, cosméticos, instrumentos musicales, cámaras fotográficas, adornos para la casa, etc., los cuales pagan sobretasas arancelarias desde el miércoles pasado. Y una sobretasa significa que un producto importado pagará un arancel adicional al que ya pagaba. Por eso existen productos importados que, solo en aranceles, pagarán 75% más, sin considerar tasas y e impuestos como el IVA e ICE.
No hace falta saber mucho de economía para darse cuenta que lo que se viene es un aumento de precios, sobre todo en bienes manufacturados y alimentos importados.
Y ese tipo de productos son los que consume la población conforme mejora su nivel de vida, como en efecto ha sucedido en la última década en Ecuador y en la mayoría de países de América Latina.
El número de hogares de clase media pasó del 14% al 35% en una década. Esa clase media ya no se conforma solo con comer lo básico. También compra conservas importadas, unas cuantas ‘doras’, un auto, casa, etc.
Por eso los bienes de consumo importados se duplicaron en esa misma década, porque no hay suficiente oferta nacional y porque los precios en el exterior son más baratos.
Parte de esos ‘pelucones’ de clase media tendrá que esperar 15 meses para ver si recuperan su nivel de vida. Por ahora han bajado de categoría.