Teoría de la ‘boboeconomía’

La ‘boboeconomía’ es un nuevo término que utiliza el Presidente de la República para definir a aquellos economistas conservadores que consideran que es importante tener un fondo para pasar la época de las vacas flacas.

Este tipo de economistas, según la lógica oficial, son torpes por creer que los excedentes que ha dejado el ‘boom’ petrolero deben estar guardados y ganando intereses, cuando lo inteligente es optimizar hasta el último centavo en obras productivas.

Los ‘boboeconomistas’ no se han dado cuenta, según el Régimen, que de presentarse un desastre natural como una erupción volcánica o un terremoto, lo inteligente es tener líneas de contingencia con organismos internacionales como el BID, con el cual ya existe una línea de este tipo por USD 600 millones, la cual pudiera llegar a 1 000 millones el próximo año.

Los economistas inteligentes del Régimen saben que si se empieza a ahorrar los excedentes petroleros, el principal beneficiado será el sistema financiero, al cual hay que acudir solamente para pedir líneas de contingencia o préstamos para financiar el déficit fiscal.

Los economistas inteligentes se han gastado todos los excedentes petroleros y fondos de ahorro. También se han endeudado con el sistema financiero internacional y con China, han comprometido el oro de la reserva y usan el petróleo como garantía para nueva deuda. Todo con el fin de hacer inversiones productivas que han permitido que el país crezca a una tasa del 4,3%, en promedio, durante los últimos ocho años, igual a lo que sucedía en la época de los ‘boboeconomistas’.

Los economistas inteligentes creen que solo países ricos como Noruega están en capacidad de ahorrar sus excedentes petroleros, pero se olvidan de mencionar que otros menos ricos como Bolivia ahorran y están creciendo a tasas sobre el 5%. En ese país, un ‘boboeconomista’ ha sabido multiplicar la inversión pública, reducir la pobreza y ahorrar USD 15 000 millones.

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