El pasado martes 11 de febrero de 2020, un equipo de la AMT realizó un operativo en tres pasajes que dan a la avenida 6 de Diciembre. Retuvieron tres autos, un camión y una moto. Foto: Diego Pallero / EL COMERCIO
En pasajes, junto a letreros de no estacionar, en parterres, en aceras… Cuando están de apuro, hay conductores en Quito que dejan su vehículo en cualquier lugar. Aunque algunos logran hacerlo sin consecuencias, a otros la infracción les cuesta tiempo y dinero.
Ayer, tres conductores de autos, uno de un camión y otro de una moto fueron sancionados. Tres de ellos intentaron convencer a los agentes de no llevarse su auto en las grúas. Otros no llegaron a tiempo.
Los agentes tomaron fotos para demostrar el estado en que se llevaron el vehículo, sellaron las puertas y cuando no hallaron al propietario, le dejaron un adhesivo en el bordillo que le informaba que su auto fue llevado a uno de los nueve patios de retención de la urbe.
Según la AMT, en el 2018 se sancionó a 14 137 por mal parqueados; el año pasado, a 19 170. En el año en curso van 4 020 casos. La AMT señala que los operativos pasaron de un promedio mensual de 485 el 2019 a 556 este año. Los controles a los mal estacionados se hacen mínimo dos veces al día, desde las 06:00 hasta la madrugada. En los últimos dos años, 33 307 personas fueron sancionadas por esta causa.
Según Francisco Arauz, director de Fiscalización de la AMT, la mayoría de infracciones, salvo mal estacionados, se notifica vía e-mail. Si esta no llega, usualmente es por un error en el registro de la dirección en el sistema. Por eso, en la matriculación se pide a los usuarios verificar que todos los datos sean correctos.
Los sitios con más operativos son zonas bancarias, de bares y recreativas. Sectores cerca de la av. 10 de Agosto, Alonso de Angulo, Michelena, De los Shyris y Amazonas son los más conflictivos.
También se hacen controles por denuncias ciudadanas de autos parqueados en garajes, calles estrechas, rampas para personas con discapacidad y hasta entradas de hospitales.
Ahora, explica Arauz, se enfatiza en la prevención, pues el objetivo no es “arrastrar más carros sino concienciar sobre el uso del espacio público”. Por eso, primero se pide a la gente que no se estacione mal.
Uno de los patios de retención es el de La Y. En el andén donde hasta hace año y medio centenas de pasajeros hacían fila para subir al trole, ahora están motos que fueron retenidas por diversas infracciones.
En los patios se reciben vehículos de todo tipo, remolcados o llevados por sus propios dueños. Es parte de la sanción no solo para mal parqueados sino también para quienes circulan en un auto no matriculado o causan accidentes con daños mayores a dos remuneraciones básicas unificadas.
Si se mueve el auto en wincha, el infractor paga la multa y el arrastre. Algunos, como Daniela de la Cueva, a quien sancionaron por haber salido cuando tenía Hoy no circula, pasaron un susto. Cuando llegó a recoger el auto y no lo encontró, pensó que le robaron, pero volvió a la calma cuando un policía le contó que su auto fue remolcado por esa falta.
Lo halló en el patio Cumandá. Al siguiente día transfirió el valor del arrastre y canceló la multa en el Banco del Pacífico.
Arauz dice que las multas se pueden cancelar en Servipagos, pero el remolque depende de en qué banco tiene la cuenta la cooperativa de la wincha.
Ayer, en el patio de La Y, dos personas tuvieron problemas para sacar sus carros. Patricio Quevedo impactó el auto que conducía contra una pared y una señalética. Llegó a un acuerdo con el dueño de casa, pero debido al daño de la propiedad municipal, el auto fue retenido. En la ventanilla del patio le indicaron que debe consultar en los juzgados por el parte y el proceso legal.
A Néstor Totoy le retuvieron el carro el lunes 10 de febrero de 2020, por matrícula vencida. Aunque ayer ya pagó, le informaron que debe esperar 72 horas. Sabe que cometió una infracción, pero cree que si no causó un accidente ni manejaba tomado, el trámite debería ser más corto.
Estas demoras -dice Arauz- ocurren porque el parte va al juzgado y es un juez quien ordena la liberación del vehículo.