Una multitudinaria asistencia de jóvenes se dio al llamado de acuartelamieno en Quito. Foto: Érika Guarachi/ EL COMERCIO
En las afueras del Fuerte Militar El Pintado, en el sur de Quito, múltiples personas esperaban una respuesta. Querían saber si sus hijos, sobrinos, nietos y novios fueron o no aprobados para ingresar al servicio militar.
Desde las 04:00 de este sábado 4 de junio, los aspirantes acudieron pero no fue hasta las 08:00 que abrieron las puertas y los jóvenes de 18 a 21 años 11 meses y 30 días fueron ingresando. Se trata de la leva de 1997.
Mónica Bravo, quien vive en La Magdalena, llegó con su familia a la 13:30. Su sobrino, de 21 años aplicó al acuartelamiento porque no ha podido conseguir trabajo y ahora es su mejor opción, contó. Ellos esperaron por 45 minutos saber si debían o no comprarle los útiles de aseo, zapatillas y una parada, si pasaba los exámenes médicos.
Los familiares de los jóvenes esperaron a las afueras del cuartel de El Pintado, por resultados de admisión de los aspirantes. Foto: Érika Guarachi/ EL COMERCIO
El servicio militar dura seis meses y se realizan tres llamadas al año. En Quito hay alrededor de 1 000 cupos, explicó Patricio Cabrera, Teniente Coronel de Estado Mayor. Las postulaciones son para las tres fuerzas, terrestre, naval y aérea.
Cabrera contó que el servicio militar resulta atractivo para los jóvenes porque se los orienta e instruye.
En la tarde de hoy se espera completar los cerca de 1 000 cupos que están disponibles para Quito. Hasta el mediodía ya llevaban 600. Se espera que el número de aspirantes rebase las plazas que se disponen en los cupos.
Alfredo Maiquez, padre de un joven de 19 años, estaba emocionado porque su hijo fue seleccionado. Su esposa y su hijo llegaron a las 04:00 y ya había personas esperando. Ellos vienen de El Quinche. Estaban emocionados porque la plaza que tiene es en Machachi.
A las 15:00 se esperaba que saliera el primer bus con los jóvenes que fueron aprobados tras verificar su estado médico y que no tuvieran antecedentes penales.