El amor en tiempos de caos financiero
Según la abogada Gemma Allen -experta en temas legales familiares, de divorcio y de custodia de los hijos, conferencista en estos campos y autora de algunos estudios relacionados con esta área- actualmente la dinámica entre las relaciones y el dinero es potencialmente más compleja que en el pasado.
Las presiones son enormes, en especial a partir de la inesperada crisis financiera mundial que a todos afecta. La pérdida del poder adquisitivo, la falta de empleo y un futuro poco prometedor hace que las parejas enfrenten situaciones complejas que, sin duda, les llevan a discusiones y peleas porque simplemente ya no están en capacidad de enfrentar ciertos gastos regulares y peor aún los superfluos, a los que estaban tan acostumbradas. ¿Qué hacer?
A continuación encontrarán algunas sugerencias específicas sobre asuntos que a nadie le son desconocidos, pero que conviene reconocerlos, con el propósito de buscar la mejor manera de enfrentar las dificultades económicas en pareja y evitar riesgos:
Enfrentar juntos los hechos
Usualmente cada miembro de la pareja se preocupa incesantemente y trata de impedir que su compañero o compañera no se dé cuenta de ello, a pesar de que con seguridad sí lo hace. En lugar de este absurdo juego, lo mejor es sentarse juntos a conversar y evaluar la situación de la manera más objetiva posible. No tiene caso culparse el uno al otro, a pesar de que puede ser algo tentador y una forma de descargar responsabilidades.
Habrá que hacer una lista de los gastos frente a los ingresos, separar lo discrecional de lo necesario y empezar a cortar gastos sin atacarse mutuamente. Los abogados especialistas en divorcios a menudo encuentran que las peleas sobre el dinero son mucho más destructivas que aquellas sobre la sexualidad o los suegros, porque todos tenemos una serie de creencias inconscientes sobre el dinero y temores de los que hablamos sobre no tener lo suficiente para enfrentar la realidad. Lo mejor será no hacer alusiones personales sobre la necesidad pragmática de incrementar los ingresos y disminuir los gastos.
Convertirse en un equipo creativo
Por lo regular uno de los miembros de la pareja es más hábil en el manejo de inversiones pero posiblemente no tuvo el tiempo suficiente para enfocarse en ello. Ahora ese miembro deberá dedicarse al manejo de las inversiones familiares y considerarlo como un segundo empleo. Se deberán mirar los activos fijos desde una nueva perspectiva. ¿Deben quedarse en la misma vivienda o deben venderla o arrendarla y pasarse a una más barata? ¿Convendrá invertir los ahorros en un negocio familiar? A veces es difícil decidir sobre qué hacer para mejorar los ingresos, pero es peor aún dedicarse a negar la realidad y terminar deprimidos, peleados y camino de la separación a causa de las peleas financieras.
Determinar qué es lo que atesoran
“Irónicamente muchas de las parejas en vías de divorcio comentan que fue su separación lo que les forzó a evaluar cuáles de sus bienes realmente tenían importancia y cuáles no”, indica Allen y añade que esta misma lección pudiera ser aprendida en conjunto por las pareja antes de decidir si uno o dos carros son realmente necesarios y si salir de viaje cada año es o no una prioridad. La situación económica obliga a ciertas restricciones que pudieran ser buenas para las relaciones de pareja. El consumismo vivido provoca que se desatiendan las relaciones humanas y, cuando las cosas se ponen económicamente difíciles, es cuado llega la hora de pensar en el otro y en lo mucho que pueden hacer juntos para conseguir mantener aquello que realmente importa.
Compartir una visión
Todos queremos tener una situación económica estable y no tener que pasar penurias así que lo mejor que se puede hacer es asegurar a la pareja que esta es una etapa que pasará y mantener el optimismo. Conviene planificar el siguiente capítulo económico de sus vidas en común y caminar de la mano hacia un mejoramiento personal y una evolución adecuada. Muchas de las crisis sacan lo mejor de los seres humanos y ayudarse mutuamente a sentirse más tranquilos y enfrentar juntos la adversidad es la manera más adecuada de enfrentar una situación económica difícil.
Pero, a más de todas estas estrategias, la pareja debe también sincerarse permanentemente, no ocultar deudas ni entradas económicas adicionales, pues esto es lo que se conoce como ‘infidelidad financiera’ y es tan destructiva como la infidelidad conyugal. Lo mejor será compartir la información sobre los ingresos de ambos, los estados financieros, los créditos y débitos, pagos, cuentas bancarias, deudas e inversiones. No hacerlo significaría una total falta de confianza y eso no es compatible con una buena relación.
Algo que tampoco se debe hacer es señalar culpabilidad pues eso solo lleva a resentimientos profundos y es el enemigo número uno de las conversaciones reales y maduras que buscan un acercamiento y un apoyo, al fin y al cabo una pareja no es otra cosa que un par de socios que se aman y tratan de salir adelante juntos en todo momento de sus vidas.
Es indispensable construir un ahorro conjunto en los tiempos difíciles cuando cada centavo cuenta y es también bueno decidir quién será el encargado de hacer los pagos mensuales. Otro buen consejo es darse cierta independencia, muy necesaria para no sentirse atados financieramente y que cada uno tenga una cantidad específica asignada que pueda gastar como y en lo que desee. La pareja no debe caer en la trampa de asumir que quien gana más dinero tiene derecho a decidir en qué gastarlo. Recordemos que ambos son parte de un equipo.
Por último, aconseja Allen, es pertinente mantener un pasatiempo que no sea costoso y que quizás lo puedan realizar juntos, para disipar la angustia y disfrutar del tiempo compartido. La visión individual sobre el dinero puede convertirse en una experiencia positiva. El gastador puede aprender sobre la seguridad y el ahorrador, a disfrutar un poco de la vida.