Los ambientalistas de EE.UU. piden que Cameron hable del caso Texaco

¿Se inspiró James Cameron en la batalla legal que mantienen 30 000 indígenas ecuatorianos en contra de Chevron-Texaco para crear Avatar? Puede ser que la respuesta a esta pregunta se conozca la noche del domingo 7 cuando en Los Ángeles se entreguen los Oscar. Avatar, la película más taquillera de la historia del cine, está nominada para siete premios.

Desde que Avatar salió a las pantallas ha ido en aumento la analogía del film con la realidad en la Amazonia ecuatoriana.

En la Internet circulan artículos y en las conocidas redes sociales digitales se encuentra una incipiente corriente que aboga para que Cameron, director de la película, exprese una dura crítica a la petrolera en caso de que sea el ganador del Oscar.

El pedido más directo viene de Rebecca Tarbotton, directora ejecutiva de Rainforest Action Network, quien en su blog del diario San Francisco Chronicle, el más influyente de esa urbe, pidió esto el martes pasado: “Quiero que el discurso por el Oscar de Avatar mencione la lucha que se vive a diario en la selva ecuatoriana”.

¿Cuál sería el argumento principal para lograr que Cameron hable de Ecuador? Según Tarbotton, “si menciona Chevron en la entrega de los Oscar, un mundo fascinado por este fenómeno del cine podría quitarse sus gafas tridimensionales e irrumpir en la realidad donde puede hacer la diferencia”. Para él, la historia de Chevron en Ecuador no es menos dramática, trágica y más inspiradora que el fantástico universo de Pandora. Su propuesta rápidamente se multiplica en Internet y el jueves pasado, Han Shan, de Amazon Watch en Huffington Post (EE.UU.), se hacía eco así: “El director de Avatar, James Cameron, tiene una misión: ¿apoyará la lucha que se mantiene en Ecuador en contra de Chevron-Texaco?”.

Shan asegura que sabe que Cameron, en un cóctel privado en Nueva York, dejó entrever que su intención es apoyar las causas ambientales. “En esa reunión, Cameron habría mencionado lo conmovido e inspirado que se sintió al ver que Avatar se presentó en Quito en una sala llena por indígenas de la comunidad Shuar y otros habitantes amazónicos.

James Cameron, además, ha dado otras señales de estar comprometido con su misión. En un encuentro de apoyo al Consejo de Defensa de los Recursos Naturales, se describió así mismo como “orgulloso opositor de las corporaciones” e incluso llegó a decir que “Avatar pide a todos convertirnos en guerreros en la defensa del planeta”.

A su vez, los habitantes de la tribu Dongria Kondh, de la India, también han hecho público su interés de que el Director mencione su lucha en contra de corporaciones británicas que están destruyendo su hábitat y todo por las minas de bauxita.

Como manifiesta el periodista Nalaka Gunawardene, la alegoría depende de la región de donde se venga, no obstante la historia de la selva ecuatoriana y su relación con Chevron-Texaco es la que mejor calza.

Mientras Erik Assadourian, investigador de Worldeatch Institute, ve que Avatar es como la realidad del documental Crudo que se llevó a la ficción.

La película Avatar está inspirando a los ambientalistas, que han encontrado otra arma para mantener a flote su causa.

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