Álvaro Uribe tumbó el acuerdo de paz y recuperó espacio político

El exmandatario Álvaro Uribe Vélez ha sido el principal opositor de Juan Manuel Santos. Foto: AFP

El exmandatario Álvaro Uribe Vélez ha sido el principal opositor de Juan Manuel Santos. Foto: AFP

El exmandatario Álvaro Uribe Vélez ha sido el principal opositor de Juan Manuel Santos. Foto: AFP

De forma tajante, en toda ocasión que tuvo, consideró “una traición” que Juan Manuel Santos, el actual presidente de Colombia y quien fuera su ministro de Defensa entre julio de 2006 y mayo de 2009, diera un viraje y buscara un acuerdo con las FARC.

Cuatro años y días después del anuncio de Santos -del 4 de septiembre de 2012- de que negociaría un pacto de pacificación con la guerrilla marxista, que se firmó el pasado 26 de septiembre, el tiempo parece darle alguna razón al actual senador Álvaro Uribe Vélez.

El exmandatario colombiano entre el 2002 y el 2010 -un partidario de la línea dura con los grupos sediciosos pero que carga con un cúmulo de escándalos durante su doble período en la Casa de Nariño- renace en el ahora más confuso escenario político de su país.

Un escenario que redescubre, como aseguró a la agencia AFP el politólogo Juan David Cárdenas, catedrático de la Universidad La Sabana de Bogotá, la polarización que existe en la sociedad colombiana en torno al asunto. “Estamos polarizados desde muchas perspectivas. Hasta las víctimas están polarizadas”.

En medio de esa división, Uribe emerge del plebiscito llevado a cabo el domingo pasado como el ganador de la contienda que mantiene con su sucesor. A tal punto que este se vio forzado a invitarlo a la Casa Presidencial (ver nota inferior), cuando en cuatro años y días, el actual Mandatario no ha ocultado su intención de ignorarlo y de no entrar en una disputa frontal con su antiguo jefe y aliado.

Pero ¿cómo el líder del derechista Centro Democrático (CD) consiguió el apoyo para echar abajo el acuerdo de paz? Lo hizo con un discurso que luce creíble, que caló hondo en los electores, en especial de las zonas más afectadas por el conflicto, y que se resume así: “Ningún país democrático acepta que quienes han sido responsables del secuestro de 11 700 niños, de la violación de 6 800 mujeres, quienes han sido los mayores responsables del cartel de cocaína más grande del mundo tengan impunidad total y derechos de elegibilidad política”.

El jefe del CD también enfiló, como lo ha reseñado la revista colombiana Semana, contra una concesión especial para los rebeldes: “Que haya curules a dedo para las FARC y que ‘Timochenko’, ‘Iván Márquez’, ‘Pablo Catatumbo’ y los demás miembros del Secretariado (de la guerrilla) puedan llegar al Congreso, o incluso gobernar”.

Con ese discurso en apariencia llano, en compañía de un grupo no muy numeroso de sus simpatizantes, e ignorado por la gran mayoría de los medios de comunicación, Uribe logró echar abajo el acuerdo de paz en los términos que este fue suscrito. Y de paso, según analistas, recuperó espacios en el escenario político y posicionó a los nuevos nombres de la derecha colombiana que pudieran terciar en las elecciones presidenciales de 2018 por esa corriente.

Entre ellos, el más destacado es el senador Iván Duque, de 40 años, quien es visto como el posible candidato del uribismo en esos comicios, dado que las leyes electorales impiden al exgobernador del departamento de Antioquia participar de nuevo en unas presidenciales.

Con el triunfo del ‘No’, que ha dejado en el limbo el acuerdo de paz consensuado en La Habana, Uribe ha terminado por propinar otro golpe igualmente demoledor a Santos. Ha ‘dinamitado’ las posibilidades de que el Jefe de Estado y ‘Timochenko’, el líder máximo de las FARC, cosechen el Premio Nobel de la Paz de este año. Al menos así lo ha señalado Kristian Berg Harpviken, el director del Instituto para la investigación sobre la paz de Oslo (Prio). “El tratado de paz colombiano (...) no es simplemente un candidato” para ese galardón, ha dicho.

El antecesor de Santos también ha movido el tablero político, para forzar la apertura de tres negociaciones, como lo ha anotado Kyle Jonhson, analista para Colombia del International Crisis Group, una organización que monitorea el conflicto colombiano. “La primera, entre la oposición y el Gobierno sobre si se pueden renegociar algunos temas del acuerdo; la segunda es que lo que resulte de esas tratativas tiene que negociarse con las FARC; y la tercera es la negociación interna de las FARC, que van a tener que tomar decisiones difíciles y ver cómo se las venden a sus guerrilleros”.

En esas tratativas, la voz de Uribe será determinante.

Juan Manuel Santos llama a dejar de lado los antagonismos

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, apeló ayer tras reunirse con su antecesor, Álvaro Uribe, a que todas las fuerzas políticas del país depongan sus “antagonismos y rencillas” para que haya unidad nacional que permita conseguir la paz
con las FARC.

“Estamos muy cerca de lograr la paz, una paz estable, duradera y con un apoyo ciudadano más amplio”, aseguró Santos. Lo hizo en una declaración tras reunirse con Uribe, el también expresidente Andrés Pastrana y un grupo de políticos que promovieron el ‘No’ en el plebiscito del pasado domingo.

Las partes aceptaron crear comisiones para tratar temas que los partidarios del ‘No’ rechazan del acuerdo de paz y avanzar hacia una solución que ponga fin al conflicto con la guerrilla marxista.

Por su lado, Uribe pidió que la comunidad internacional acompañe la “nueva etapa” de la democracia colombiana tras el triunfo del ‘No’ en el plebiscito. También, aseguró que durante el encuentro expresaron sus preocupaciones en torno a “la impunidad total, elegibilidad política” de personas acusadas de delitos de lesa humanidad, así como por “los secuestrados de quienes nada se sabe”. EFE

LA CRONOLOGÍA

1982

Álvaro Uribe Vélez se desempeña como alcalde de Medellín. Trece años más tarde, fue elegido gobernador del departamento de Antioquia.

1991

Un documento del Archivo de la Seguridad Nacional del Departamento de Defensa de EE.UU. incluye a Uribe en la lista de narcotraficantes colombianos.

2002

Uribe -que en la campaña ofreció mano dura contra las guerrillas de izquierda- vence al liberal Horacio Serpa en las elecciones
presidenciales.

2006

Uribe gana la reelección para un segundo mandato consecutivo. Su gestión está marcada por la implementación de la política de la Seguridad Democrática y los escándalos.

Suplementos digitales