En apenas 45 minutos, una marea de lodo y basura arrancó los postes de electricidad de La Comuna y La Gasca. Desde sus ventanas, los vecinos de esos sectores observaban perplejos cómo los tubos de concreto y los cables flotaban junto a los árboles y vehículos. Se impactaban contra los cerramientos de las casas destruyendo los techos y los alambres terminaban desperdigados sobre el piso.
Han transcurrido 18 días de la tragedia y la gente de esos lugares recuerda claramente que el servicio de energía eléctrica se cortó. “Un poste cayó y me rompió toda la cerca, por suerte la electricidad volvió pronto. La puerta también se dañó”, contó Beatriz Rueda, propietaria de una vivienda en la calle Núñez de Bonilla frente al parque de Pambachupa.
Leivi Jácome vive en la calle Domingo Espinar. Recordó que los medidores de electricidad se acabaron. El lodo que descendía por la calle era demasiado espeso, por lo que sacudía a los postes y ella pensó que en ese momento hubo un temblor. Segundos después, las luces del alumbrado público se apagaron y un taxi se clavó en el jardín de su vivienda. “Varios días no tuvimos Internet, pero la luz volvió al otro día”.
Según la información levantada por la Empresa Eléctrica Quito (EEQ), 30 luminarias, 20 postes y 23 transformadores fueron repuestos en la Zona Cero. Se afectó el servicio a 402 familias, el cual fue restituido de forma inmediata. Se instalaron 700 metros de redes de medio voltaje y 1 000 de bajo voltaje. Se atendieron aproximadamente 179 servicios en los que se restauró el sistema de medición (medidor y acometida). La inversión en esos trabajos superó los USD 108 mil.
Ana María Soria, gerente de distribución de la EEQ, manifestó que los grupos de apoyo acudieron al sector del desastre el mismo día del aluvión, porque se reportaron daños en la subestación de Miraflores y otros puntos. Por la fuerza del agua y el lodo, los postes se arrancaron y otros se rompieron. “Los transformadores fueron arrastrados y quedaron inservibles por el agua y los golpes”.
En los días posteriores a la tragedia, más de 300 colaboradores operativos y administrativos de la EEQ, de áreas como red aérea, líneas energizadas, operadores de red, supervisores, jefes de sección, jefes de departamento, construcción de redes, laboratorio de transformadores, instalación de medidores, entre otras, colaboraron para reponer la energía eléctrica.
Los vecinos indicaron que, si bien la electricidad volvió pronto al barrio, hubo otros servicios que se demoraron en hacerlo. “No tengo Internet y mi proveedor no me soluciona. Nos han abandonado y necesitamos ayuda”, expresó Lorena Silva, quien tiene su casa en la casa Javier Lizarazu y perdió su carro con el que trabajaba distribuyendo dulces.
Ignacio Collahuazo vive en la Ignacio de Quezada y Núñez de Bonilla. Se quejó que nadie los ha ayudado para refaccionar los destrozos. “Mi auto era el sustento de mi familia, pues yo distribuía paquetería y ahora es imposible”.
Ayudas para damnificados
Personal de la Empresa Pública Metropolitana de Logística para la Seguridad y la Convivencia (EP Emseguridad) junto a firmas privadas entregaron material de construcción a familias damnificadas de La Gasca.
La donación empezó el jueves 10 de febrero a 30 familias. Hasta el 16 de febrero se entregaron 6 mil bloques, 494 sacos de cementos y 10 columnas. Esos insumos se seguirán entregando progresivamente. Asimismo, en el Municipio se informó que los vecinos de La Gasca y La Comuna conformaron una directiva provisional de veedores para vigilar que las ayudas lleguen a las personas que realmente sufrieron daños en las viviendas.
María Aluisa es una de las damnificadas. Parte de su vivienda ubicada en la calle Ignacio de Quezada y N24c quedó totalmente destruida. “Gracias a la Alcaldía y las empresas privadas que se han hecho presentes, con el material que nos están ayudando podremos reconstruir nuestras viviendas”.Gabriela Sigcha, moradora de La Comuna, agradeció por las contribuciones. “Ha llegado arena, ripio, bloques, cemento y seguirán distribuyéndolos entre las casas afectadas”