Los empleados administrativos pegaron carteles en la Universidad en señal de protesta. Foto: Diego Bravo / EL COMERCIO
En los pasillos y corredores de la Universidad Central todavía se comenta sobre la finalización del contrato de 186 empleados de servicios ocasionales, que se difundió este lunes 4 de enero. Los estudiantes coincidieron en que son los más perjudicados porque sus trámites se trabaron y esperan que el problema se solucione lo más pronto.
“No vinieron a trabajar, no están aquí (los empleados de contrato)”, fue la respuesta de una funcionaria que dirige uno de los departamentos de la Facultad de Ingeniería en Matemáticas. En los alrededores de ese edificio, cientos de alumnos conversaban sobre el tema y estaban preocupados porque sus diligencias en las ventanillas no avanzaban.
Hablaron con la condición de que no se publicaran sus nombres. Paulina tiene 26 años y cursa sexto semestre de Ingeniería en Matemáticas. “Quiero retirar unos documentos para cambiarme de carrera a Ingeniería Civil en la misma facultad, pero está complicado. Necesito los papeles con urgencia”.
El de Yadhira es otro caso. Encontró las ventanillas cerradas cuando quiso pedir la copia original de su título de bachiller para cambiarse de la Universidad Central a otro centro de estudios. “Sólo está abierta la de información, pero nos dicen que no hay atención y debemos esperar. Estoy preocupada porque las matrículas ya se cierran y necesito ese documento”.
En la Facultad de Filosofía continuaban pegados los carteles en contra de la disposición de prohibir la renovación de contratos. En uno se leía: “Somos jefas de familia, necesitamos trabajar, más presupuesto para la Central”.
Arturo, de 22 años, es alumno de segundo ciclo de inglés. Estaba preocupado porque el desarrollo de los trámites administrativos es más lento. “Tengo pendiente la certificación de unas calificaciones. (La secretaria que se quedó) está con bastante trabajo… Antes de hacer estos recortes se debió analizar las necesidades de cada carrera. Hay inconvenientes y ella hace lo que puede”, manifestó.
Marcelo, quien abandonó sus estudios de Jurisprudencia, hacía trámites para reingresar a la Universidad Central, pero “un proceso que antes duraba cinco minutos ahora me toma media hora”. “Se encuentra un poco de malestar porque sus compañeros del trabajo no siguen allí y la atención no es la misma”.
Ante la preocupación que se ha generado entre los estudiantes, el Rectorado de la Universidad Central informó que los empleados administrativos de nombramiento se encargarán de las tareas que realizaban los de servicios ocasionales. Esto será hasta la próxima semana porque, de los 186 funcionarios a los que les terminó el contrato, el 85% será recontratado.
Pese a ello, esta mañana hubo empleados de servicios ocasionales que acudieron a trabajar. Tres atendían en la ventanilla de una facultad y aseguraban que permanecerán allí hasta terminar las tareas pendientes que les quedan.
“Tengo contrato de un año y 11 meses en la función de títulos. Hay necesidad de que yo venga porque los títulos son un proceso que no se puede detener, tienen un ciclo que al detenerse afecta a los graduados y se vienen problemas mayores. Vengo como soporte para cumplir con las cosas. No hay alguien de nombramiento que se encargue de esto”, manifestó una funcionaria, mientras revisaba la computadora con información de alumnos graduados.
En la misma oficina se encontraba otra funcionaria que trabaja 15 años en la Universidad Central. “En mi área de titulaciones, grados y pregrados había 12 personas y apenas quedamos cuatro. Aquí les graduamos y hacemos las últimas gestiones antes de que les pongan la muceta”. Asegura que los trámites de graduación antes se demoraban un mes, pero con la reducción de personal será seis veces más.
La Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) se quejó la mañana de hoy por la medida de prohibir la renovación de contratos. En una rueda de prensa, el presidente de ese organismo, Francis Bustamante, manifestó que hay dos problemas.
Una es la actuación del Gobierno ante las universidades que, en el momento de escasez fiscal, traslada los costos en contra de trabajadores y maestros. Otra es que no se ha defendido el presupuesto de la Universidad Central y que, a futuro, se salgan profesores que laboran bajo contratos ocasionales.
Sin embargo, el rector Fernando Sempértegui ratificó que a los 532 profesores que trabajan por contrato sí se les ratificará de forma inmediata.