Los transportistas hicieron fila desde el jueves en el peaje de Alóag. Foto: María Isabel Valarezo / EL COMERCIO
La apertura de la vía Alóag – Santo Domingo devolvió la dinámica comercial y económica de Santo Domingo de los Tsáchilas y sus zonas de influencia.
Ayer, 9 de abril, tras 20 días del cierre de este paso entre la Sierra y la Costa, volvieron a circular los vehículos que llevan carga y productos de todo tipo a los mercados y negocios de la región. Comerciantes, agricultores y empresarios añoraron por estos días este eje vial que es esencial para sus actividades.
De los 22 000 vehículos que diariamente circulan por esta ruta, el 80% lo hace con mercadería y el 20% es para el traslado de pasajeros en los buses de transporte interprovincial, según un diagnóstico del Ministerio de Transportes y Obras Públicas. Una parte de la carga, principalmente de legumbres y papas, se queda en Santo Domingo y la restante se lleva a Esmeraldas.
Para Jorge Tapia, director de Desarrollo Productivo de la Prefectura tsáchila, la vía es un elemento imprescindible para las 101 423 personas que son la población económicamente activa de Santo Domingo.
De ellos, 27 300 personas dedicadas a la agricultura y
21 603 al comercio utilizan la vía para trasladar su producción. Es por eso que Tapia señala que durante los días que estuvo cerrada la carretera, los productos de la canasta básica se encarecieron, sobre todo los que llegan de la Sierra. “En otros casos hubo pérdidas”.
El intendente de Policía, Ronald Pilamunga, aseguró que seis productos registraron un alza: fréjol, arveja, choclo, brócoli, cebolla blanca y la uva verde. Antes de los problemas en la Alóag, por ejemplo, se compraba el saco de choclo en USD 15 y ahora cuesta 20.
Lo mismo ocurre con el saco de brócoli que hasta hace poco se vendía en USD 10 mientras ahora el que tiene 30 unidades vale D 15. En cambio la libra de uva verde ascendió a USD 2,25 de 1,80 que costaba.
Pilamunga sostiene que se hicieron 10 operativos donde se verificaron estos precios.
Los 2 200 productores de leche de Santo Domingo fueron otros de los afectados, ya que sus ingresos se mermaron porque los derrumbes impidieron que la producción llegara a tiempo a los mercados.
En la parroquia Alluriquín, donde está concentrada la mayoría de productores, perdieron USD 500 cada uno de ellos por estos problemas, según Héctor Fiallos, secretario de la Asociación de Productores Agropecuarios de la zona.
Pero las bajas también las sintió el turismo. En el feriado de Semana Santa no llegaron los 10 000 turistas que se esperaban: solo fue la mitad.
Tapia asegura que la actividad económica de Santo Domingo no se reactivará en un 100% debido a las restricciones que aún tiene la vía Alóag – Santo Domingo. La Prefectura de Pichincha dispuso que la circulación fuera de 11:00 a 18:00.
Hasta las 17:00 de ayer, en el peaje de Santo Domingo de los Tsáchilas se había registrado el paso 1 586 vehículos. Normalmente son 22 000 diarios.
A lo largo de 100 kilómetros de la carretera, la Policía y los agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) implementan un plan de seguridad, desde Santo Domingo, que consiste en permitir la circulación con intervalos para autos livianos, pesados y extrapesados.
El teniente de la CTE, Félix Córdova, explicó que los cabezales o tráileres, por ejemplo, avanzarán uno por uno con intermitencias de ocho minutos.
Mientras que los camiones y autos livianos lo harán de dos en dos cada cinco minutos. El objetivo es evitar que se presenten congestionamientos y accidentes de tránsito.
Las prefecturas de Pichincha y Santo Domingo, y el Ministerio de Transportes y Obras Públicas firmaron ayer un acta con el compromiso de monitorear las condiciones de la vía, sobre todo en los kilómetros 28, 78 y 84 donde se presentaron los derrumbes.
En el kilómetro 28 aún se observan escombros de los 30 derrumbes que ocasionaron el cierre del vía el 19 de marzo.
El sitio del talud es visible como una zanja en medio de la montaña, que termina en una rampa de tierra que se dejó como prevención. “Es una especie de trampa porque si se es que se deslizan piedras menores se quedarán atrapadas ahí y no se interrumpirá el tráfico”, dijo Manuel Chávez, secretario de la Prefectura de Pichincha.
En contexto
La Alóag – Santo Domingo es una de las principales arterias que conecta la Sierra con la Costa, de forma más rápida y directa. Tiene 50 años de construcción y desde siempre ha tenido problemas con los deslizamientos, que se producen por causa de las lluvias.