Los alimentos llegan a casas de cinco cantones de Tungurahua

Los agricultores, con trajes de bioseguridad, arman las canastas para la distribución. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Los agricultores, con trajes de bioseguridad, arman las canastas para la distribución. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Los agricultores, con trajes de bioseguridad, arman las canastas para la distribución. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

La comercialización de legumbres, hortalizas y frutas mejoró la economía de un grupo de pequeños agricultores de Pelileo, Píllaro, Quero, Cevallos y Ambato, en Tungurahua.

Desde de abril, los integrantes de la Unión de Organizaciones de Productores Agroecológicos de Tungurahua (Pacat) impulsaron el proyecto Canasta familiar.

El plan consiste en la entrega a domicilio de productos frescos del campo: lechugas, coles, zanahorias, cebolla blanca, pimiento, acelga, coliflor, babaco, granadilla. También llevan queso, huevos, pan... Hay canastas de USD 15,15 que tienen 12 productos y de USD 32,50 con 26 ítems.

La finalidad del proyecto es que las familias se queden en casa y no sean parte de las aglomeraciones en plazas y mercados. Es impulsado por el Consejo Provincial de Tungurahua, Planhofa y el apoyo técnico del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

Esta iniciativa, que involucra al menos a 150 pequeños agricultores, se fortaleció durante la cuarentena por el covid-19 y se convirtió en una alternativa económica de los agricultores, que en un principio no podían sacar los alimentos a la ciudad. Ellos tienen ingresos de entre USD 60 y 100 a la semana.

En el proyecto trabaja Marlene Moreta, agricultora que cultiva tomate riñón, babacos, tomate de árbol, chirimoyas y hierbas aromáticas como cedrón y toronjil. Su granja agroecológica está en la parroquia Chiquicha, de Pelileo.

Cada semana entrega 80 kilos de productos al proyecto. Sus ingresos semanales son de USD 80 a 100. “Esto ayuda a mantener a la familia”.

El pasado viernes 31 de julio del 2020 un grupo de personas, con trajes azules de bioseguridad, mascarillas y guantes, armaba las canastillas en uno de los galpones de la Planta de Procesamiento de Alimentos, en Planhofa, en la ciudad de Ambato.

En el lugar, Belén Martínez, técnica del Consejo Provincial, recibió los productos desin­fectados y empacados.

“Debemos armar 45 canastas para distribuirlas en las viviendas de nuestros clientes; el proyecto tiene una buena demanda”, dice Luz Villacís, presidenta de Pacat.

Asegura que el emprendimiento es importante para ellos, porque la venta es directa del productor al consumidor, dejando de lado al intermediario. Los productos tienen la certificación de agricultura limpia y este tipo de ventas ayuda a la economía familiar de los socios.

Los productores son los encargados de recibir los artículos, de armar las canastas y distribuirlas. Esa tarea la empezaron hace tres semanas.

Belén Martínez, técnica de la Prefectura, explica que el objetivo es que los agricultores administren el emprendimiento productivo para que no se pierda. El asesoramiento técnico en las zonas de cultivo está a cargo de los técnicos del MAG.

Evangelina Pilamunga entrega cada semana entre 70 y 80 kilos de legumbres y hortalizas. Su terreno está dividido en canteros (espacios), donde produce acelga, cebolla blanca, brócoli, zanahoria, tomate riñón, entre otros.

Se siente satisfecha porque vende lo que cosecha sin necesidad de salir a los mercados ni correr el riesgo de contagiarse.

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