Familiares de los internos de la cárcel de Cotopaxi podrán ingresar útiles de aseo, colchones, ropa y alimentos hasta el viernes 14 de agosto del 2020. Foto: Glenda Giacometti/ EL COMERCIO
Los familiares de los 4 800 presos de la cárcel de Cotopaxi podrán ingresar útiles de aseo, colchones, ropa y alimentos hasta el viernes 14 de agosto del 2020. Esa es la fecha límite por parte de las autoridades del centro carcelario y de la Secretaría Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI) para que los reclusos renueven su menaje.
Ángela A. llegó con dos fundas plásticas transparentes a la cárcel de Cotopaxi el miércoles 12 de agosto. Una de las fundas contenía aceite, azúcar, café, sal, maní, pescado, queso y huevos. Además, de una sandía, piña, melón, papaya, cebollas, tomates, pimientos, verde, ajo, aguacate, naranjas, mandarinas y limones. También pudo ingresar eucalipto, jengibre, miel de abeja, canela y sal prieta.
“Es la primera vez que nos permiten ingresar alimentos. Mi hermano me dijo que les habían facilitado unas cocinetas y que podrían preparar comida”, aseguró Ángela A.
La quiteña tenía el listado de las frutas, hortalizas y verduras en sus manos. Ella junto con su madre e hijas verificaron las cantidades que se puede ingresar al pabellón de máxima seguridad. Se ayudaron de una carretilla para llevar las cosas desde el parqueadero hasta el primer ingreso de la cárcel. El alquiler de la carreta costó USD 2.
Un grupo de militares de la Brigada de Fuerzas Especiales Patria y de la Policía Nacional revisó las cosas para que puedan ingresar a la garita principal.
“Cuatro controles de seguridad y en el interior los presos tienen celulares, cuchillos y droga. No hay visitas por más de cinco meses y los internos tienen esas cosas”, dijo Susana Z., familiar de tres personas privadas de la libertad.
La mujer arribó desde Manta con alimentos y el menaje para los cuatro familiares que están en los pabellones de mínima, mediana y máxima seguridad. Colocó los calentadores tomates, camisetas, ropa interior, zapatos, cobijas, papel higiénico, detergente, colchones, vajillas, medicinas, alcohol y pastillas en las fundas plásticas. “Tuve que alquilar un carro y viajar ocho horas para poder traer las cosas y darles a mis familiares. El plazo debería tener otra fecha de vencimiento porque hay gente pobre que no tiene para comprar”, aseguró Susana.