Una alimentación equilibrada es vital. Sin embargo, existen ciertas pautas que le pueden ayudar a la hora de consumir sus alimentos. A continuación le brindamos cinco consejos del libro ‘Los 100 secretos de la gente saludable’, de David Niven, editado por Norma.
El primero tiene que ver con las verduras. ¿Sabía que las papilas gustativas cambian con la edad? Pues sí, mientras envejecemos, el sabor de las verduras se vuelve más atrayente. El doctor Adam Drewnowski, director del programa de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Washington, terminó un estudio que muestra que nuestras preferencias de sabor van a contrapelo con nuestras necesidades de una buena nutrición. De acuerdo con un estudio de la Universidad de Washington, ocho de cada 10 personas mayores informaron que habían aumentado su preferencia por los vegetales verdes, los alimentos integrales y las frutas amargas como la toronja y los limones.
2) Cómase las espinacas
Este alimento es rico en folato, una forma de vitamina B que ayuda a reducir el riesgo de ataques y enfermedades cardíacas. Comer dos porciones diarias de alimentos como tomates, vegetales de hoja verde, como espinacas y lechuga romana, frijoles y granos disminuye los niveles de un aminoácido que ayuda al proceso asociado con las enfermedades y los ataques al corazón. Investigadores de la Universidad de Tulane descubrieron que las personas que consumían al menos dos porciones diarias de alimentos ricos en folatos tenían un riesgo 20% menor de un ataque cardíaco.
3) Un tomate al día es aún mejor
El tomate es una de las pocas verduras que conserva sus efectos saludables incluso después de cocinarse. Incluirlos una vez al día reduce significativamente el riesgo de muchas enfermedades graves. El licopeno ayuda a reducir la incidencia de ciertos cánceres y enfermedades cardíacas. Además es un antioxidante que protege el cuerpo del daño celular. Cinco porciones de tomate a la semana en cualquier forma proporcionan suficiente licopeno para mejorar la salud de los pulmones, los ojos y la piel, según científicos de la Universidad de Ohio State.
4) Jugo de uva
La uva tiene un componente llamado bioflavonoides, que evita que el colesterol se adhiera a nuestras arterias. Por lo tanto, el consumo del jugo de esta fruta reduce la posibilidad de arterias obstruidas y disminuye el riesgo de ataque y enfermedades cardíacas.
Un equipo de médicos de la Universidad de Stanford estableció al estudiar enfermos del corazón que beber jugo de uva durante dos semanas ayudaba a los pacientes a ensanchar las arterias y a reducir la oxidación del colesterol en más de un tercio.
5) Coma una naranja
La vitamina C, que se encuentra en las naranjas, inhibe el proceso de obstrucción de las arterias y disminuye la presión sanguínea. Su consumo moderado puede reducir el riesgo de ataque cardíaco, infarto y muerte prematura. De acuerdo con médicos de la Universidad de Cambridge, cada onza de fruta que contenga vitamina C, consumida a diario, reduce el riesgo de muerte prematura en un 10%.