El prefecto Orlando cree que el correísmo será la primera fuerza. Foto: Archivo / EL COMERCIO
El remezón político que vive Alianza País (AP) en la Asamblea se evidencia también en Manabí, la tercera provincia con más electores del Ecuador.
El fallido juicio político a la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Diana Atamaint, por falta de dos votos manabitas de la 35 y sus aliados: Daniel Mendoza y Karina Arteaga, evidenció las grietas en esa bancada legislativa. Pero también mostró que el movimiento está profundamente debilitado en la jurisdicción costeña.
En AP-Manabí se reconoce que no están en su mejor momento. En el correísmo, en cambio, tienen la aspiración de consolidar su presencia de cara a las presidenciales del 2021.
En ambos sectores coinciden que el 2019 fue un año en que se reconfiguró el escenario político. Antes, AP había consolidado a Manabí como su bastión en la década de Rafael Correa, pues ganó todos los procesos electorales.
Ya con Lenín Moreno a la cabeza de la lista 35, la organización perdió espacio frente al correísmo. Este ganó en las tres preguntas claves que promocionó durante la consulta popular en el 2018. También se hizo de la Prefectura a través de Leonardo Orlando, en las seccionales del 2019. Pero a raíz de las protestas de octubre, también ha atraído el interés de los grupos de izquierda.
Hoy aliados de AP, como Daniel Mendoza, quien renunció a la coordinación legislativa del bloque AP-Aliados, se centra en el fortalecimiento de su movimiento Mejor, que en las seccionales pasadas logró al menos 60 dignidades en toda la provincia, en alianza con varios grupos, entre ellos la 35.
El legislador dice que nunca ha sido militante de AP sino solo un aliado que seguirá apoyando a Lenín Moreno, porque así garantiza gobernabilidad.
Mendoza cree que AP es una fuerza política que tiene su trayectoria, pero que debe tomar decisiones internas para decirle a Manabí lo que requiere.
“Las circunstancias han cambiado, la coyuntura es otra y creo que la apertura a hacer una política diferente va a poner en evidencia la verdadera organización política que se quiere tener en territorio”.
Reconoce que hay un porcentaje importante de la ciudadanía manabita que está respaldando a Rafael Correa. El legislador explica que creó Mejor con el propósito de dar “un valor agregado” a Manabí. “Aún hay deudas por saldar, la reconstrucción y reactivación son deudas pendientes”.
AP reconoce las deficiencias en sus filas. José Herrera, su director provincial, indica que se debe trabajar en el fortalecimiento de las bases para recuperar el estatus de primera fuerza. Les urge formar nuevos cuadros. En las seccionales ganaron solo 6 de 22 alcaldías.
Añadió que están a la espera de las decisiones y resoluciones que tome el movimiento en el marco de la convención nacional, que se hará en marzo. “Se definirá la posición de AP de cara a las elecciones”.
En el correísmo, la mirada es otra. Leonardo Orlando, prefecto de Manabí, dice que hay una gran convicción a favor de la tendencia del progresismo. Recuerda que en los últimos 13 años todos los procesos electorales que lideró Correa fueron ganados. “Manabí fue la única provincia donde ganó el no ampliamente”.
En las seccionales pasadas participaron con candidatos para las alcaldías de nueve cantones, pero no ganaron ninguna. Sí alcanzaron la mayoría de concejales en Manta, Montecristi y Portoviejo.
“Sentimos en los recorridos que hacemos, porque la gente comenta, esa nostalgia por el Gobierno de la revolución ciudadana y estamos convencidos de que seguiremos siendo la primera fuerza política en Manabí”, añade Orlando.
Agrega que han aparecido nuevos actores políticos, como los indígenas, a nivel nacional; pero cree que en Manabí el pueblo cholo y montuvio, que es mayoritario, se identificará con el correísmo porque en ese Gobierno se alcanzaron derechos en salud, el seguro campesino y el seguro pesquero artesanal.
Pero las izquierdas también quieren su espacio. Mery Zamora, de Unidad Popular, refiere que los manabitas aún están indignados por la poca efectividad en temas como reconstrucción, reactivación económica y apoyo al agro.
“La gente quiere un gobierno que sea una alternativa para resolver sus problemas, que sea una opción de cambio (…) Manabí también va a dar una respuesta en el conjunto del pueblo ecuatoriano, de que aquí queremos un cambio”.
En la primera quincena de marzo, Jaime Vargas, de la Conaie, estará en la provincia para constituir el Parlamento de los Pueblos. Zamora explica que ese evento será la oportunidad de iniciar la conformación de una gran plataforma de centro hacia la izquierda.
“El correísmo cree que tiene aún a Manabí como bastión, pero no, la provincia quiere una vía que reúna en un frente del centro hacia la izquierda”.
Mientras aún no se vislumbra un movimiento político fuerte, las calles no lucen pintadas con rostros o nombres de posibles presidenciales o legisladores.
El alcalde de Manta, Agustín Intriago, dice que el próximo proceso electoral será la ventana para poner sobre la palestra pública las necesidades.
“Seguramente recibiremos a todos los candidatos para exponérselas una por una, y saber cuáles son las expectativas de articulación que tendríamos con el nuevo Gobierno”.