La organización Alfaro Vive Carajo habla sobre su futuro político, el 15 de noviembre del 2015. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Las armas que dejaron mediante un acuerdo, en 1991, no significó el fin de Alfaro Vive Carajo (AVC). Hoy, los máximos
dirigentes de la organización se proponen participar en las elecciones del 2017 “para concretar lo que el actual Gobierno no ha cumplido”. Se refieren a una reforma agraria, una urbana y otra productiva.
Hasta agosto del 2016, sus dirigentes plantean obtener 174 000 firmas para participar en los próximos comicios. Sin embargo, la actividad de recolección de firmas no ha empezado y no descartan apoyar al actual Gobierno, como lo han hecho hasta ahora.
AVC forma parte del Frente Unidos, junto a sus similares Partido Comunista y Partido Socialista. Pese a esto, hay políticas que deben aplicarse desde el poder, advirtieron.
“Hay campesinos sin tierra junto a tierras sin uso. El Gobierno le está debiendo al país una revolución agraria y urbana. Y más sembríos de materia prima podrían incorporar a nuevos campesinos en el sector laboral”, aseguró Edgar Frías, quien fue comandante de AVC en la década de los 80. Entre otras demandas, los dirigentes exigen un mayor control en el precio de los alimentos y de las medicinas. Y “radicalizar la democracia: que se cumpla la herramienta de la silla vacía en las sesiones de los niveles de gobierno, y se aplique la política de los presupuestos participativos, figuras sustentadas en la actual Constitución”.
Pero en lo político, la organización apunta a anexar a jóvenes en su proyecto. En la reunión que se dio este domingo 15 de noviembre de 2015 en Guayaquil, hubo rostros nuevos como el de Jennifer Mieles, una joven activista.
Otras figuras que se dieron cita fueron Rubén Ramírez, quien compartió celda con el ex líder de AVC, Arturo Jarrín, en el ex penal García Moreno. Ramírez asegura que actualmente la organización conserva su identidad bajo la tendencia de izquierda.
En el encuentro de este domingo los dirigentes también se refirieron a la presencia de la cúpula militar en la audiencia de juzgamiento contra cinco ex miembros de las Fuerzas Armadas, acusados de cometer supuestos delitos de lesa humanidad, donde constan como víctimas tres ex militantes de AVC. “Fue una decisión inadmisible, como volver a épocas pasadas”, agregó Frías.