Redacción Negocios
Luego de cinco meses de gestión, Alberto de Guzmán dejó la gerencia del Banco Ecuatoriano de la Vivienda. *
En diciembre pasado, el ministro de la Vivienda, Walter Solís, le solicitó su renuncia por pedido del presidente Rafael Correa, según explicó De Guzmán.
Ante este pedido y sin dar mayores explicaciones sobre las causas de su salida, este arquitecto indicó que acató la disposición del Presidente y ayer se retiró.
El Directorio de la entidad, presidido por Solís, acogió su renuncia y nombró a Rodrigo González como su reemplazo.
González venía desempeñándose como asesor de Solís y ahora pasará a este banco estatal, en un momento estratégico.
Deberá llevar adelante la colocación de USD 200 millones de la reserva monetaria del país en proyectos inmobiliarios.
Esta es la primera vez en años que este banco público ha recibido una cantidad de dinero así. De hecho en los últimos años se ha mantenido en un proceso de regularización y reestructuración, que aún no culmina.
También busca fortalecer los niveles patrimoniales del banco que actualmente están en el orden de los USD 73 millones, así como minimizar los niveles de morosidad de la Cartera de vivienda, que hasta diciembre ascendieron a 11,4%. La calificación de riesgo es baja: BBB-.
De Guzmán había empezado la socialización, entre constructores y promotores de vivienda, del mecanismo para invertir los 200 millones en proyectos.
Fruto de ello, 35 proyectos entraron en proceso de calificación y están a la espera de un desembolso de USD 107 millones.
Además, se contempló que un fondo de USD 80 millones, producto de la recuperación de una deuda con el Ministerio de Vivienda y la venta de bienes, entre otros ingresos, se dedique a redescuento de cartera hipotecaria con instituciones financieras.
El Colegio de Arquitectos, por su parte, deploró la decisión del Gobierno de separar a De Guzmán del cargo. Alberto Andino, su titular, señaló que es uno de los actores que más conoce sobre financiamiento y políticas de vivienda, debido a sus 30 años de experiencia en el sector.
A su vez, indicó que la falta de estabilidad en los puestos directivos impide la continuidad de las actividades. Hace días atrás, este organismo colegiado firmó un convenio con el BEV para promocionar y promover la oferta inmobiliaria en sectores medios y de bajos recursos.
“Estábamos contentos porque es un actor que estaba generando cambios, que los recursos vayan a los sectores más necesitados y estaba haciendo una nueva política de financiamiento…”.
Entre las tareas que aún quedan por terminar está el fortalecimiento del área tecnológica.
Este año está previsto que se implemente el nuevo software bancario, con lo cual se busca agilizar los procesos. Con las nuevas operaciones de financiamiento también se prevé bajar el nivel de gastos operativos y concretar una profunda reforma institucional. Está pendiente la venta de la isla Santay (Durán) al Ministerio del Ambiente.