El albergue San Juan Dios es uno de los establecimientos en Quito que acoge a cientos de ciudadanos venezolanos que huyen de su país, debido a la crisis económica y humanitaria. Allí, los llaneros pueden quedarse hasta 15 días.
El centro ofrece tres comidas diarias y un sitio para descansar. También les donan ropa y una caja de dulces para que trabajen como vendedores ambulantes. Es uno de los lugares que en la actualidad brinda albergue temporal mientras los viajeros se movilizan al Perú.
El padre Jaime Buitrago es director de ese centro y cuenta cómo se vive el proceso migratorio de venezolanos en ese lugar:
“De nuestro albergue han salido unos 90 venezolanos al Perú en los convoy, pero la cantidad es mucho más alta debido a que las autoridades gubernamentales y ONG extranjeras proporcionaron recursos para ayudarlos”.
“Hay un corredor humanitario que se creó hace más de una semana cuando se anunció el requisito del pasaporte para la gente de ese país. Así, unos ocho buses salieron directamente desde Tulcán (Carchi) hasta Huaquillas (El Oro) sin parar. Conocemos que alrededor de 245 personas se movilizaron de esa forma”.
“Nuestro albergue no proporcionó dinero para eso, no contamos con los recursos. Diferentes entidades y personas particulares nos han ayudado. Se comunicaron con nosotros y nos dijeron que pueden prestar facilidades para que viajen al sur. Se les consiguió los pasajes y cuando ya había un número considerable los llevaban a la terminal y se iban a Huaquillas“.
“Así, dos buses completamente llenos salieron hace una semana con 90 personas. Aquí se hicieron varios días de campaña y se les explicó qué entidades se asociaron para ayudarles gratuitamente. Luego se inscribieron, pasamos la lista con documentos de identidad, se compró los boletos y salieron”.
“El período de albergar ciudadanos venezolanos comenzó hace dos años. En esa época venían pocos, o sea, 10 o 15 y luego se incrementaron. Así transcurrió hasta llegar a los 110 en la actualidad. Ese es el tope porque no tenemos más cupos”.
“Ellos son itinerantes. No están acá la mayor parte del tiempo. Vienen, están 15 días y luego salen. El 70% opta por viajar al Perú. El resto se queda en Ecuador y busca trabajo en construcción, en el Mercado Mayorista, comerciantes de artículos o comida, electricidad, entre otros. Los que logran quedarse porque se adaptaron, les gustó Quito o no desean arriesgarse en Perú, optan por esas alternativas”.
“Tras salir del albergue San Juan de Dios, ellos normalmente alquilan una habitación. Yo les recomiendo que lo hagan en grupo de tres o cuatro personas. La razón: es más fácil pagar el alquiler entre varios. Aquí les ayudamos con lo que podemos. Otros arriendan y se alimentan aquí”.