Alausí, en Chimborazo, tiene nuevas inversiones hoteleras

En Alausí funcionan 12 restaurantes de diferentes categorías. Los artesanos también emprendieron negocios en la Plaza del Tren. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

En Alausí funcionan 12 restaurantes de diferentes categorías. Los artesanos también emprendieron negocios en la Plaza del Tren. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

La ruta de la Nariz del Diablo es la más vendida por Ferrocarriles del Ecuador Empresa Pública. Cada semana viajan alrededor de 60 turistas. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

El sonido de la locomotora del tren irrumpe en la tranquila Alausí tres veces por semana. Unos 60 viajeros arriban desde Europa, Estados Unidos y, en menor cantidad, de Quito y Guayaquil, para tomar el tren a la Nariz del Diablo.

Esos turistas que llegan atraídos por el tren generan expectativa en ese pequeño cantón situado en el sur de Chimborazo, que registra un incremento de hoteles y restaurantes.

En el 2010, antes de que se rehabilitara la línea férrea había 14 sitios de hospedaje; actualmente hay 24 establecimientos entre hoteles, hosterías, hostales y otros alojamientos.

Sin embargo, los empresarios dicen que sus inversiones aún no se recuperan debido a que la mayoría de turistas se aloja en Riobamba y retorna después del viaje en tren.

Ellos ahora trabajan en una estrategia para motivar a la gente a quedarse en Alausí y comprar otros productos turísticos diferenciados al tren. Además, se capacitan para entrar al programa Pueblos Mágicos del Ministerio de Turismo y el Gobierno de México.

En Alausí funcionan 12 restaurantes de diferentes categorías.  Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Aunque el recorrido en tren por la Nariz del Diablo, que se considera la ruta férrea más difícil del mundo debido a que la locomotora desciende por un cerro empinado con un movimiento de zigzag, es sin duda el atractivo más fuerte.

Alausí tiene otros atractivos naturales. Están las lagunas de Ozogoche, rutas de ciclismo y el sendero natural que recorrió Alexander Von Humboldt.

“La rehabilitación del tren generó mucha expectativa a escala nacional, y en Alausí eso se tradujo en inversiones. El problema que ahora tenemos es que la gente que llega al recorrido es más bien excursionista, es decir, no permanece en el cantón después del viaje”, cuenta Cristina Medina, directora de la Unidad Municipal de Turismo.

Diego Ormaza y su esposa Lorena son los propietarios de El Mesón del Tren, un restaurante que ofrece platos típicos, a la carta y almuerzos hechos con los ingredientes andinos. Ellos invirtieron alrededor de USD 150 000 en su negocio.

“Restauramos esta infraestructura que antes era una fábrica de harina. Adquirimos mobiliario y mi esposa, quien es chef, diseñó un menú muy funcional destinado a rescatar los sabores andinos, que son la opción predilecta de los turistas”, cuenta Ormaza.

Los artesanos también emprendieron negocios en la Plaza del Tren. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

El restaurante tiene capacidad para 120 personas. Cada semana llegan en promedio 30 personas, pero en temporada alta (abril - agosto), a veces se ocupa toda su capacidad.

En Alausí funcionan en total 12 restaurantes; un almuerzo cuesta entre USD 3 y 5.

La infraestructura hotelera es la que más creció en los últimos cinco años. Según Byron Niama, propietario del hotel Gampalá, las plazas se incrementaron de 250 a 400, incluyendo las de los establecimientos que aún están en el proceso de registro en el Ministerio de Turismo. El costo promedio de hospedaje por persona en los hoteles tres estrellas es de entre USD 17 y 52.

“Convertirnos en un Pueblo Mágico es una gran oportunidad. Estamos centrando todos nuestros esfuerzos en el cumplimiento de los requisitos. Podríamos recibir a más turistas internacionales”, dice Niama.

La Hostería Rincón de Isabel, de Víctor Fiallo, es uno de los emprendimientos nuevos. Fiallo adecuó en su quinta de 20 000 metros cuadrados cabañas con capacidad para alojar a unas 35 personas.

La hostería tiene un diseño rústico y está pensada en ofrecer a los turistas la oportunidad de convivir con la naturaleza en un ambiente sereno, alejado del ruido y del estrés. Sus clientes más frecuentes llegan desde Europa.

“Decidí invertir en Alausí porque confío en que las estrategias tendrán éxito y pronto tendremos más visitantes. Este cantón tiene un potencial enorme que no solo está en el tren. Hay más rutas para disfrutar”, dice Fiallo.

La buena acogida de la ruta también captó el interés de los hoteleros de Riobamba.

Ellos proponen la apertura de una nueva ruta de tren directa de Riobamba a Alausí. Pero según ese gremio, a pesar de que hay una asignación gubernamental de USD 1,2 millones, el proyecto tiene dificultades técnicas, que FEEP aún analiza; por ejemplo, la falta de vagones para cubrir esa ruta y los altos costos de operación.

“Necesitamos de esta nueva ruta para impulsar el emprendimiento en la provincia”, dice Patricio Costales, presidente de la Cámara de Turismo.

Esta ruta es considerada, como la más demandada por Ferrocarriles del Ecuador, según una información proporcionada hace tres meses por esa entidad.

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