Mauricio Bayas. Redactor
Para el control de los incendios forestales de magnitud en la capital no alcanza la tecnología de los 40 motobombas operativas en la ciudad. El Cuerpo de Bomberos del Distrito Metropolitano y los voluntarios del Plan Fuego todavía trabajan con machetes, palas, tierra y ramas.
Con esas herramientas han trabajado en las montañas como el Pichincha, Ilaló, Ungüí, sitios de difícil acceso para las motobombas. David Piedra, comandante operativo del Cuerpo de Bomberos, divide en dos etapas la modernización de esta institución: antes y después de ser parte de la administración del Municipio, en 2000.
Desde ese año, dice Piedra, empezó la profesionalización del bombero y la actualización de la tecnología. Agrega que hace 10 años operaban con motobombas vetustas, fabricadas en 1979 y con presupuestos bajos. “Trabajábamos 220 bomberos con una tecnología pésima. Pero eso cambió en ocho años”, recalca Piedra.
Actualmente, el Cuerpo de Bomberos funciona con 40 camiones contra incendios entre autobombas y tanqueros. Estos vehículos tienen características técnicas y operativas modernas. Están equipados para actuar en las emergencias tanto en la zona urbana como rural.
Hay 20 auto bombas Ford chasís F-550 doble cabina. Son fabricados en EE.UU. y pueden operar a 4 000 metros sobre el nivel del mar, pero en Quito, por la geografía no pueden acceder a los bosques, por lo que son necesarios vehículos aéreos.
Pablo Segale, técnico en Gestión de Riesgo de la Secretaría Nacional, dice que la tecnología automotriz de los bomberos es moderna. El equipo permite atender incendios de gran magnitud. “Hay una especialización de los bomberos, pero la geografía sí es una adversaria para que ejecuten bien su trabajo”.
De hecho, los tanqueros equipados con una cisterna de 250 galones de agua, bomba de impulsión y de una serie de dispositivos no pueden llegar a las montañas. Estos vehículos tienen una tecnología que usa espuma, agua y aire. El moderno sistema se conoce como CAF (por sus siglas en inglés).
Estos equipos fueron usados en la laderas del Pichincha. Pero no fue suficiente para sofocar las llamas. “Para controlar el fuego a esa altura necesitábamos helicópteros. Esa tecnología hay en Chile”, explica Piedra.
Cuando hay emergencias simultáneas, como por ejemplo el último domingo, los bomberos trabajan con el apoyo de los 20 tanqueros Chevrolet Kodiak. Estos tienen una capacidad de 1 500 galones de agua. También sofocan el fuego con mochilas que pesan hasta 50 libras.
Ángel Sáenz, especialista en riesgos de la Universidad Central, cree que la tecnología no es suficiente por la falta de hidrantes en las zonas donde se han registrado incendios forestales.
Para el especialista, la tecnología se complementa con este sistema de seguridad contra incendios en las ciudades. Sin embargo, un problema recurrente en la capital es la ubicación de los abastecedores de agua.
Según la norma internacional, estos hidrantes deben colocarse, por lo menos cada 200 metros en las urbes. Sin embargo, en varios sectores de la ciudad los dispositivos están a 500 metros y hasta a un kilómetro de distancia. Incluso algunos no funcionan. El Distrito tiene una red de 5 494 hidrantes.
En las laderas donde se han registrado los incendios tampoco hay hidrantes. “Antes que invertir en tecnología se debería insistir en campañas de concienciación”, concluye Sáenz.