Redacción Cuenca
La aerolínea, que tiene un Boeing para 126 pasajeros, busca volar de Cuenca a Quito, y de Guayaquil a Santa Rosa. Tame, Aerogal y Lan operan en la ciudad.
El trámite avanza para que la aerolínea Air Cuenca inicie sus operaciones en las rutas que salen y llegan a la capital azuaya. Cada mes, en promedio, viajan desde el Aeropuerto Mariscal Lamar 22 000 pasajeros e ingresan 25 000 desde Quito y Guayaquil.
Esas personas vuelan en las aerolíneas Tame, Aerogal y Lan. Según el presidente de Air Cuenca, Édgar Serrano, su empresa se conformó desde hace un año y tres meses. El 98% es capital cuencano y el resto quiteño.
Ahora, espera la aprobación de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), para volar entre Cuenca y Quito, y Guayaquil y Santa Rosa. Serrano espera que entre el 8 y 10 de abril aterrice en Cuenca un Boeing 737-500 procedente de Francia. Tiene capacidad para 126 personas.
Él no precisa la inversión ni el valor del pasaje. “Será competitivo con el mercado actual”. Luego de la llegada del avión, los directivos de Air Cuenca tramitarán ante la DGAC la última etapa de autorización de la aerolínea.
El director de la DGAC, Fernando Guerrero, dice que Air Cuenca aún no está autorizada para operar. En la actualidad, está en la segunda etapa del proceso de certificación. El proceso consta de cuatro fases.
Guerrero explica que la empresa no puede volar con pasajeros sin que los documentos, equipos y personal aeronáutico haya sido calificado por la DGAC.
El avión de Air Cuenca está equipado con motores especiales para pistas ubicadas en alturas como las de Quito y Cuenca. También para pistas cortas como la del aeropuerto Mariscal Lamar (1900 metros de longitud).
Serrano dice que dos técnicos de la DGAC hicieron un chequeo de la aeronave en Francia, porque nuca ha volado en el país. “Ahora realizan el informe”.
Los directivos de Air Cuenca esperan que llegue un segundo avión a finales de este año. El propósito es abrir una conexión hacia Chiclayo y Piura, ciudades del norte de Perú.
De acuerdo con los estudios de factibilidad de Air Cuenca, en los dos últimos años la demanda de vuelos en Cuenca creció un 18%. “Eso significa que sí existe la necesidad de mejorar el transporte”, señala Serrano.
Sobre esta competencia, Jorge Romero, gerente de Aerogal en Cuenca, cree que será buena, siempre que sea leal. “A Air Cuenca le resultará difícil competir con un solo avión contra compañías grandes como las que vuelan hacia la capital azuaya”.
Un criterio similar tiene el gerente de TAME en Cuenca, Pablo Calle. Según él, esta nueva aerolínea beneficiará al mercado, siempre que utilice itinerarios que otros no operan.
“Si eso ocurre, los clientes saldrán de Cuenca con nosotros y regresarán con ellos o viceversa”.