Todo empezó con Morihei Ueshiba aproximadamente en la década de 1930. Aquí no hay nada relacionado con la derrota. Sin embargo, su efectividad es tan buena que si se pone en práctica lo aprendido en este arte, el resultado es “matar o morir”, según Jaff Raji, uno de los discípulos de este maestro, que visitó el Ecuador hace unas semanas para impartir su conocimiento a las personas que practican esta disciplina.
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La verdadera victoria es la victoria sobre uno mismo.
Primero hay que controlarse uno antes de intentar controlar al resto. Sin equilibrio y autocontrol no se puede rechazar un ataque.
Mantener una actitud de respeto a todas las cosas en todo momento sin importar las condiciones de su alrededor.
La técnica son movimientos circulares sin importar el ataque. Él aprendió cuando este tipo de arte era exclusivo de unos pocos alumnos elegidos en Japón. Luego, la técnica se popularizó y hoy es practicada por muchas personas en el mundo.
Él ha viajado por todo el planeta y se ha dado cuenta que la aplicación de esta técnica va de la mano con la forma de ser de cada pueblo. Es decir ha notado que cada nación la adapta según su cultura. Unos son más alegres en el trato, otros más solemnes, otros callados, otros orgullosos y autosuficientes…
Este hombre, dice que en este arte es necesario trabajar con las emociones y controlar los golpes y también trabajar sobre las áreas consideradas débiles como muñecas, codo, cuello.
El aikido es un arte marcial que combina técnicas de control y de proyección o derribo de uno o varios oponentes. Básicamente fue creada con el objetivo de potenciar la parte física, mental y espiritual de las personas. Algunos entendidos en el tema lo traducen como “el camino a la armonía espiritual”.
La idea de todo es neutralizar los ataques usando la fuerza del oponente. Es decir, el practicante está entrenado para redirigir el vigor que aplica su contrario para defenderse de manera efectiva.
Sin embargo, las técnicas que combina este arte permiten enfrentarse no solo a un oponente sino a varios, con buenos resultados. No obstante aquí no hay competencias, el enfrentamiento es interno.
El principio de todo esto es unir cuerpo, mente y espíritu de manera homogénea para lograr flexibilidad en los movimientos a tal punto que una persona de poco peso y estatura pueda vencer a alguien que le supera en estas características.
También se han visto resultados positivos en aquellas personas que practican esta disciplina a nivel mental, pues ayuda a quienes son nerviosas o están estresadas por su trabajo. Igualmente se registran beneficios a nivel físico, ya que algunas personas señalan que han notado mejoría en sus problemas de columna, por ejemplo. Además, todo esto ayuda a la fortificación de los músculos y los huesos.
En todo caso, el aikido está diseñado para encontrar las cualidades de cada individuo. Igualmente el entrenamiento está hecho de tal forma que impide que haya peligro entre los contrincantes. Por eso, se recalca a los participantes que no debe perderse este espíritu de tranquilidad, armonía y paz.
Hay algunas instrucciones básicas a la hora de entrenar, por ejemplo relajar totalmente el cuerpo hasta el punto de tener un perfecto control de sí mismo. Antes de nada también la persona debe calmarse para tener un mejor manejo de sus movimientos. Y sobre todo, el ingrediente principal que es una actitud positiva durante el entrenamiento.