Fernando Castillo
En la edición de EL COMERCIO del 13 de febrero, Ramiro González anuncia que el IESS había dispuesto USD 600 000 000 para comprar fármacos e insumos.
Pero como invirtieron solamente USD 365 624 000, sin haber comprado todos los ítems propuestos, resta este valor del valor dispuesto y obtiene lo que él considera un ahorro de USD 234 376 000. ¡Qué brillante! Con esa lógica matemática, podemos deducir que si el IESS hubiera dispuesto, para el mismo fin, la cantidad de USD 731 248 000, le resultaba ‘gratis’ la compra, porque se ahorraba el valor invertido (?).
Son estas maravillas las que nos asombran día a día en nuestro querido país.
Hay un detalle más, introducir en un esquema de subasta a los medicamentos e insumos exclusivos no es muy inteligente, porque tienen un solo oferente y queda a su discreción ofertarlos o no, dependiendo si el precio mínimo propuesto le interesa al proveedor.
El problema es que al no existir otra alternativa para su compra, los hospitales no dispondrán de esos productos y no comprarlos, no significa precisamente ahorro.
De todas maneras, nos ha dejado estupefactos la lógica del Presidente del Consejo Superior del IESS, podría patentar esta sui géneris metodología de cálculo tan novedosa como absurda.