Los restaurantes de Santa Elena en la vía San Pablo han sido afectados por el aguaje. Foto: Mario Faustos / El Comercio
La fuerza del mar por los últimos períodos de oleaje y aguaje, que se presentaron en la Costa ecuatoriana, afectó las infraestructuras de negocios turísticos ubicados en San Pablo y San Pedro, en la península de Santa Elena.
Durante la mañana de este miércoles 20 de enero del 2016, Nelson Muñoz, de la cabaña Islote El Pelado, colocaba concreto a una profundidad de metro y medio para reforzar los pilares que sostienen su negocio, con la ayuda de dos albañiles. El local está en San Pedro, en el norte de la provincia costera de Ecuador.
“Las autoridades del Municipio dijeron que esperemos a que estén los estudios para ayudarnos. Mientras tanto debemos buscar cómo protegernos nosotros mismos con los pocos recursos que disponemos”, contó Muñoz.
A 20 metros de su local, la situación que pasan Mary de los Santos y su madre María Suárez es más preocupante. Una parte del piso interior de su edificación de cemento ya cedió por el golpe de las olas. “Esto empezó hace un mes. Las olas están pegando muy fuerte”, dijo mientras observa el hueco dentro de su negocio, La Cabaña de Mary.
En esa zona, las 15 cabañas turísticas que ofrecían el alquiler de hamacas debieron retirar los parasoles pues el mar ha ganado entre 4 y 5 metros.
Afectados por los aguajes y oleajes
Los últimos períodos de oleaje y aguaje, que se presentaron en la Costa ecuatoriana, afectó las infraestructuras de negocios turísticos ubicados en San Pablo y San Pedro, en la península de Santa Elena. Foto: Vicente Costales/ El Comercio
Los últimos períodos de oleaje y aguaje, que se presentaron en la Costa ecuatoriana, afectó las infraestructuras de negocios turísticos ubicados en San Pablo y San Pedro, en la península de Santa Elena. Foto: Vicente Costales/ El Comercio
Los últimos períodos de oleaje y aguaje, que se presentaron en la Costa ecuatoriana, afectó las infraestructuras de negocios turísticos ubicados en San Pablo y San Pedro, en la península de Santa Elena. Foto: Vicente Costales/ El Comercio
Los últimos períodos de oleaje y aguaje, que se presentaron en la Costa ecuatoriana, afectó las infraestructuras de negocios turísticos ubicados en San Pablo y San Pedro, en la península de Santa Elena. Foto: Vicente Costales/ El Comercio
Los últimos períodos de oleaje y aguaje, que se presentaron en la Costa ecuatoriana, afectó las infraestructuras de negocios turísticos ubicados en San Pablo y San Pedro, en la península de Santa Elena. Foto: Vicente Costales/ El Comercio
Los últimos períodos de oleaje y aguaje, que se presentaron en la Costa ecuatoriana, afectó las infraestructuras de negocios turísticos ubicados en San Pablo y San Pedro, en la península de Santa Elena. Foto: Vicente Costales/ El Comercio
Los últimos períodos de oleaje y aguaje, que se presentaron en la Costa ecuatoriana, afectó las infraestructuras de negocios turísticos ubicados en San Pablo y San Pedro, en la península de Santa Elena. Foto: Vicente Costales/ El Comercio
Uno de los daños más considerables fue el presentado en la Ruta del Spondylus, a la altura de la comuna de San Pablo, en la vía a Monteverde. La fuerza del mar socavó parte de la carretera.
Ante ello, el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) dispuso la recuperación de la vía con la colocación de enormes piedras en un tramo de unos 100 metros para levantar un muro que evite más pérdidas de la carretera.
Pero hoy, sin embargo, no había ni maquinaria ni personal trabajando en el sitio, que está acordonado por una cinta plástica amarilla que indicaba peligro.
Hacia el norte de la Santa Elena, en La Entrada –límite con la provincia de Manabí- los últimos oleajes han afectado al malecón. Se teme que de no tomarse medidas la fuerza del mar podría afectar por lo menos a unas 40 viviendas.
Víctor Balón, director del departamento de Obras Públicas del Municipio de Santa Elena, contó que tienen listos los estudios para el enrocado en comunas como San Pedro, Libertador Bolívar, La Entrada y Las Núñez.
En este último punto existen alrededor de 20 viviendas en riesgo. Están construidas cerca del borde del malecón. Otras 30 casas corren peligro en Libertador Bolívar.