Redacción Sierra Centro
En la comunidad El Viñedo Alto, a 5 km del centro de Pelileo, siete familias irrigan 30 hectáreas de cultivos con el agua contaminada que sale de las 48 fábricas que lavan y tiñen ropa hecha con tela jean.
Además, en el caudal están las aguas servidas de este cantón, ubicado a 30 minutos de Ambato. Allí habitan 42 000 personas.
Más contaminación
En el sistema de alcantarillado de Pelileo también se deposita el agua contaminada que producen las cuatro lavadoras de vehículos, cuatro estaciones de servicio y una curtiduría.
Los residuos de aceites, combustibles y químicos de la curtiembre son depositados, sin un tratamiento, en el río Patate.
La construcción de las piscinas de oxidación cuesta USD 200 000. La obra está a cargo del Consorcio Sevilla y se financia con un crédito.Un reciente estudio realizado por el Municipio indica que en el proceso de lavado y tintura se utiliza permanganato de potasio, hidróxido, sulfato, cloruro de sodio, tinturas y otros productos tóxicos.
Por eso, se emitió una disposición que prohíbe a los agricultores usar esta agua y construir canales de riego cerca del río Patate. En este lugar se descargan las aguas de alcantarilla.
El líquido espumoso llega a los sembríos por una acequia construida hace una década, por los agricultores de la comuna. La acequia empata con el desfogue del alcantarillado, ubicado en la quebrada El Viñedo.
En 1999, el ex Consejo Nacional de Recursos Hídricos, hoy Secretaría Nacional del Agua, autorizó a los campesinos utilizar el agua. La entidad concesionó 10 litros por segundo para el riego de pastos y plantaciones de tomate de árbol, frutas y maíz.
Una de las condiciones de los técnicos de la entidad fue que los campesinos construyan una pequeña planta de tratamiento para que el agua no contamine los cultivos. Sin embargo, no se cumplió con esta disposición y ni la Secretaría ha realizado el control de la calidad del agua.
Carlos Sánchez cuenta que utiliza la acequia para regar 14 hectáreas. “Dicen que el agua tiene químicos que afectan a la salud. Pero hasta el momento nadie en el pueblo está enfermo. Acá la gente es pobre. No hay dinero para construir la planta”, dice.
Cerca de su casa está la finca de Ricardo Aguaguiña. Allí cultiva papas, alfalfa, lechugas, aguacates, mandarinas… El agricultor menciona que tiene una concesión para utilizar el agua de otra vertiente, pero no tiene dinero para comprar la tubería.
En el Viñedo Alto hay 30 hectáreas de terreno que producen semanalmente entre 200 y 400 cajas de tomate de árbol y 40 sacos de lechuga y col.
Todo se vende los sábados, en las plazas y mercados de Pelileo y en otras ciudades de la Sierra centro. Eso preocupa a los técnicos del Municipio. En 2003, el Cabildo clausuró la acequia.
El cierre duró seis meses. Los campesinos presentaron un documento firmado en 1999, en el cual la Agencia de Aguas de Ambato autoriza la apertura del canal. Esta entidad es parte de la Secretaría Nacional del Agua.
Según César Freire, director del Departamento de Gestión Ambiental del Municipio, en el documento se exige la construcción de una planta de tratamiento para que se irrigue, exclusivamente, pastizales y frutales.
Además, la Secretaría se comprometió a realizar un seguimiento y el monitoreo del uso del líquido. “Han pasado 10 años y los acuerdos no se cumplieron. Por eso es que la gente está produciendo lechuga, col, papas… con agua contaminada”.
Manuel Oñate, director (e) de la Agencia de Aguas de Ambato, reconoce que ningún técnico ha realizado una inspección en la zona para constatar si los campesinos ejecutaron la obra.
“No hay personal para que efectúe este trabajo ni una denuncia que demuestre que los agricultores están regando con agua contaminada”, asegura.
Wilson Gamboa, jefe del Departamento Municipal de Agua Potable y Alcantarillado, explica que una alternativa para solucionar este problema es la construcción de piscinas de oxidación.
La obra se ejecuta desde noviembre de 2008, en un terreno de siete hectáreas, ubicado en el sector El Derrumbo. En las piscinas se utilizarán bacterias. La meta es descontaminar el río Patate. La obra será inaugurada en enero de 2010.
Luis Tirado, comisario de Salud de Pelileo, expresa que en 2003, los agricultores firmaron un acta donde se comprometían a buscar recursos para construir la planta de tratamiento.
“Si no cumplen con el acuerdo serán sancionados con multas”, asegura Tirado, aunque no precisa el monto ni cuándo se emitirá esta sanción.
Esta advertencia tampoco inquieta a los agricultores. Milton Curipallo asegura que seguirá sembrando, por que la agricultura es lo único que genera ingresos para su familia.