Un agente de control metropolitano acompañó el lunes en la ruta Río Coca-El Playón. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
Desde el lunes 2 de septiembre y hasta ayer (4 de septiembre de 2019), los pasajeros que se embarcan en las unidades de transporte municipal, ya sea trolebús o Ecovía, se encontraron con una novedad: en su interior hay personas de seguridad vestidos con uniforme azul y turquesa que pertenecen al Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano.
Cada día, más de 830 000 personas se movilizan en este sistema de transporte y otras 800 000 lo hacen en los buses públicos convencionales.
Solamente en el 2018, según cifras del Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana, se registraron 429 casos de delincuencia en el trolebús y la Ecovía: 159 arranchadores, 153 asaltos, 102 carteristas, 13 aturdimientos por sustancias y dos casos de sacapintas.
Es una de las razones por las cuales la Alcaldía, a través de la Secretaría de Seguridad y el Cuerpo de Agentes de Control, lanzó esta semana el plan Quito viaja seguro en el transporte municipal. El general de Policía (sp) Euclides Mantilla, secretario de Seguridad, explica que los agentes de control están capacitados para atender los requerimientos de los usuarios y brindar seguridad. El objetivo es disminuir el índice de delitos que se registran en el transporte público.
Más de 150 agentes de control metropolitano estarán destinados a apoyar en la seguridad ciudadana en 250 unidades de transporte, así como en las estaciones, paradas y terminales. Los vigilantes se distribuyen en dos horarios: de 06:00 a 14:30 y de 12:00 a 20:30.
Mantilla dice que en cada bus habrá al menos un agente de control y policías nacionales vestidos de civil. “Efectivos de la institución estarán resguardando y vigilando encubiertos en las unidades. Ellos actuarán en caso de robos o cualquier tipo de delito”.
El lunes, en la Estación El Labrador, ubicada en las avenidas Amazonas y Galo Plaza, en el norte, un grupo de agentes se ubicó ahí desde las primeras horas de la mañana para asistir a los pasajeros así como para controlar las ventas informales. Lo mismo ocurrió en la terminal de la Río Coca. En el lugar el personal vigiló el acceso a los buses de la Ecovía.
Este Diario hizo un recorrido en una de las unidades del Trolebús. Una vez que los usuarios ocuparon los asientos, el agente Geovanny Guerra indicó a los pasajeros que “están prestos para ayudar y servir” con la asistencia necesaria.
Ellos se ubican en las puertas de acceso de las unidades para controlar cualquier situación que se presente. También asisten a las personas de la tercera edad o con discapacidad. En la parada Banco Central, Guerra ayudó a una adulta mayor para que descendiera del trolebús.
Leonela Sabando, una de las usuarias, dijo que la medida de colocar policías es positiva, ya que “por la aglomeración de gente los delincuentes aprovechan para robar”. En su caso, ella dice que siempre coloca la cartera debajo de su brazo, como medida de prevención.
“Poner delante la mochila es obligatorio. Si no, te roban lo que pueden”, cuenta Stalin Cando. A él le quitaron su billetera y el celular que llevaba en su maleta, cuando se dirigía a clases en la Universidad Central. Señala que nadie ayuda ni controla en las unidades del Corredor Central Norte.
Vanesa Cumbal, quien a diario se traslada desde Guamaní (sur) hasta la Casa de la Cultura (norte), indica que una ocasión, a las 18:00, fue víctima de robo del celular y pertenencias que tenía en su bolso.
Ricardo Pazmiño, un usuario que de manera frecuente usa el trolebús en la Estación El Recreo, en el sur, asegura sin embargo que no es suficiente la acción de los agentes. “Al salir de esta estación una persona se me acercó y me preguntó una dirección. Hasta ahí me acuerdo. Me llevaron a un cajero cercano y se robaron lo que tenía en la cuenta”. El pasajero dice que además del apoyo de los agentes del Municipio la Policía Nacional debe ubicarse en las afueras de las paradas porque ahí es donde más aglomeración de personas existe.
A las 06:45 del martes, este Diario constató que no había vigilantes en la Estación Río Coca. Más tarde, a las 10:30, tampoco se observaron guardias en las unidades de la Ecovía. Lo mismo ocurrió en una unidad del Corredor Sur Oriental. Ayer, a las 09:30 ningún agente se hallaba en la parada Playón de La Marín.
El general Mantilla aclara que los agentes no siempre visten el uniforme azul turquesa, pues el proyecto contempla el trabajo de policías encubiertos en el interior de los buses.
Señala que el plan cuenta con otras acciones de seguridad. En la Empresa de Transporte de Pasajeros funciona un centro de monitoreo con 164 cámaras de vigilancia, desde donde se monitorean las paradas y estaciones del sistema. Desde ahí se supervisan 100 puntos de embarque.
Además, se implementarán cámaras con reconocimiento facial e inteligencia artificial en todos los vehículos y paradas de buses. No se precisó cuándo operará este sistema.
Asimismo, se habilitarán dos oficinas de flagrancia en las paradas El Labrador (norte) y La Magdalena (sur), para que los usuarios afectados presenten las denuncias. “La Fiscal general Diana Salazar se comprometió a poner dos fiscales y nosotros ya tenemos las áreas listas”, dice Mantilla.