Redacción Deportes
Los festejos también fueron emotivos en las barras albas. Tras la conquista de Ulises de la Cruz, quien anotó el séptimo gol de Liga, los aficionados ubicados en la general sur del estadio Casa Blanca empezaron a vitorear a los jugadores. Así, el “ole, ole…” se escuchó desde los 78 minutos.
A esa altura del partido, los jugadores del River Plate uruguayo lucían agotados en el campo de juego del escenario quiteño. El técnico visitante, Juan Ramón Carrasco, quien lucía un traje negro completo, apenas daba instrucciones. El estratega evidenciaba angustia con cada jugada del plantel local, que lucía cómodo.
En cambio, los universitarios mostraban seguridad en sus acciones. En la banca técnica también se reflejaba alegría. El preparador físico, Alejandro Valenzuela, era uno de los más expresivos. Agitaba los brazos con cada acción de los universitarios. Los suplentes de la ‘U’, ubicados junto al especialista, también aplaudían las acciones de sus compañeros.
La hinchada tuvo otro momento de algarabía cuando ingresó el aún ídolo del equipo, el ‘mago’ Franklin Salas, quien ingresó en la segunda etapa del compromiso. Con sus gambetas y jugadas de lujo puso de pie a los hinchas, quienes vieron con beneplácito el regreso de un histórico.
Al final del partido, se escuchó otro grito: “Y ya lo ve y ya lo ve. Es para el Quito que lo mira por TV”. Los hinchas no olvidaron que el club azulgrana derrotó a Liga el lunes pasado y lo dejó con escasas opciones de llegar a la final del Campeonato ecuatoriano.
Ese cántico se volvió más fuerte cuando el árbitro decretó la finalización del partido, con el que se selló su pase a la final de la Copa Sudamericana.