Según la DAC, la terminal tiene una capacidad para recibir a cuatro aeronaves. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO
La sala de embarque, ‘counters’, pista de aterrizaje, parqueadero y una isla en el hall con el letrero de artesanías lucen completamente vacíos. Se trata de la infraestructura del aeropuerto Jumandy, en el cantón Tena, provincia del Napo.
A esta terminal aérea, que opera desde el 2011, dejaron de llegar aviones comerciales con pasajeros desde el año pasado. Los últimos vuelos en la ruta Quito – Tena – Quito se tuvieron hasta el 2015. Sin embargo, hubo vuelos chárter y privados, según las cifras de la Dirección General de Aviación Civil (DAC). En el 2016 se movilizaron 1 530 pasajeros, es decir un promedio de 4 personas diarias.
Tame, la única aerolínea que llegaba al lugar, registró su último vuelo el 18 de diciembre del 2015, en conexión con Quito.
Quienes están a cargo del cuidado del sitio afirman que el aeropuerto no está cerrado, aunque no registre vuelos.
El que el aeropuerto esté o no operativo no preocupa a los moradores de la parroquia Ahuano, donde se ubica esta infraestructura. Saben que lo tienen cerca, pero piensa que ahora no es necesario.
Así lo cree Pablo Recalde, asistente de administración de la hostería La Casa del Suizo, ubicada en esa parroquia. “Muy pocos turistas usaban el aeropuerto para venir hasta acá, al menos cuando funcionaba. Así como ahora, prefieren moverse vía terrestre desde Quito, parar en Papallacta y tomar fotos.”.
Según Recalde, cuando estuvo operativo, los vuelos se cancelaban frecuentemente debido al mal clima en la zona y eso disgustaba a los viajeros, por lo que las agencias dejaron de utilizar esa ruta para llegar hasta la hostería amazónica.
César Puma, presidente de la Junta Parroquial de Ahuano, cuenta que el aeropuerto les resultó útil cuando se construyó, porque generó empleo para el mantenimiento y la seguridad. “Beneficio no tenemos en su totalidad, en comercio o turismo, como se esperaba”.
Desde su dirigencia, agrega Puma, han recomendado a las autoridades de la provincia que se use la pista para fines militares o para la instalación de escuelas de aviación. “No hay un perjuicio, más bien negligencia de las autoridades estatales porque no han viabilizado nuestras sugerencias”.
Este dirigente recuerda que pese a que desde hace un año no hay vuelos, la pista se usa para emergencias. El martes y miércoles pasados no se observó una sola aeronave.
Así como en Ahuano, donde viven cerca de 11 000 personas, en la ciudad de Tena hay moradores que no ven una utilidad en la terminal aérea, aunque creen que la ciudad necesita una. En eso concuerda el prefecto del Napo, Sergio Chacón.
“La obra se planificó en la administración del presidente Lucio Gutiérrez, cuando se identificó el lugar para su construcción y se hicieron los estudios iniciales”. La construcción, afirma, se concretó con el actual Gobierno.
Mientras cuenta cómo fue la construcción, Chacón recorre la pista antigua (en Tena) y señala a la gente que cruza por allí. “Por eso era peligroso tener la pista en el centro. Además, la ciudad necesita un espacio para la recreación”.
Se refiere a los trabajos que se hacen en ese sitio donde se adecuará un parque y un espacio para oficinas gubernamentales. La obra es ejecutada por una empresa contratada por el Gobierno. “Tena está cerca de Quito. Por el mejoramiento de las vías tenemos un tiempo de viaje mucho menor”.
Por esa razón, el cese de vuelos con pasajeros que llegaban a Tena para diferentes fines, como turismo o movilizarse a ciudades como Coca o Lago Agrio, tampoco les preocupa a los transportistas.
Manuel Mosquera, secretario general del Sindicato de Choferes del Napo, acota que las carreteras “son magníficas” por su buen estado. Además, los usuarios del aeropuerto decían que estaba muy distante del centro de Tena.
Según este representante de los 200 socios del sector transportista, el aeropuerto es un símbolo de desarrollo para Tena y la provincia. La obra costó USD 43,6 millones.
En el Municipio de Tena nadie quiso pronunciarse. Lo mismo ocurrió en la Gobernación del Napo.
En el sector productivo, Luis Alfonso Pérez, dirigente ganadero y consejero provincial del Consejo Sectorial del Napo, es tajante. “Fue un desperdicio de dinero hacer el aeropuerto en el sitio donde está. A la gente le conviene ir en carro que ir hasta allá. Para mí, es un fracaso”.
Al sector agrícola y ganadero, una de las principales actividades económicas de la provincia, la obra no les ha beneficiado “en nada”, según Pérez.
El área de comunicación de la DAC indicó a este Diario que la única vocería para hablar de la situación del aeropuerto de Jumandy es el Director, quien no podrá responder preguntas hasta la semana siguiente, porque está de viaje en Cuenca y con la agenda llena.