Aécio Neves, senador socialdemócrata y candidato presidencial de Brasil. Foto: AFP
En una de las elecciones más impredecibles en la historia de Brasil, pues a tan solo 24 horas de abrirse los colegios electorales para la tan esperada jornada los sondeos revelaban variaciones importantes en sus estadísticas, fue el candidato con mayor reconocimiento y pedigrí político quien logró remontar y darle la vuelta al marcador obligando a Dilma Rousseff a una segunda vuelta y dejando por fuera de la carrera a la ambientalista Marina Silva.
Aécio Neves, socialdemócrata y senador de 54 años, siempre con un tono calmado y una modesta sonrisa en su rostro, logró ayer un importante segundo puesto en la primera vuelta y se enfrentara a Rousseff el próximo 26 de octubre.
A partir de hoy tiene tres semanas para convencer a los simpatizantes de los candidatos eliminados de que sus ideas políticas austeras y pro negocios son la mejor apuesta para sacar a Brasil de más de tres años de estancamiento económico. Pero, ¿por qué Neves logró revertir los pronósticos y alcanzar ese segundo escalafón desbancando a la líder del Partido Socialista Brasileño (PSB), Marina Silva?
A continuación, cinco posibles razones por las que los brasileros decidieron que Neves es el rival indicado para enfrentar a una poderosa Dilma en el balotaje.
1. Campaña mediática negativa
La imagen de Neves como miembro de la principal fuerza opositora, el centrista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), fue un problema durante gran parte de la campaña. Los votantes que buscaban un cambio tras cuatro años de gobierno izquierdista de Rousseff, dieron su apoyo inicial a una candidata más nueva que prometió romper con la política de siempre, la ambientalista Marina Silva. Pero cuando la campaña mediática negativa y el propio comportamiento impredecible de Silva terminaron asustando a los votantes, regresaron a los brazos seguros de Neves.
2. Profundas raíces políticas
Neves comenzó su carrera política a los 21 años como ayudante de su abuelo, Tancredo Neves, quien iba a convertirse en presidente en 1985, cuando Brasil salía de una dictadura, pero murió de una infección antes de jurar el cargo. Tanto él como el PSDB, que gobernó a Brasil desde 1995 hasta 2002, son percibidos ampliamente como elitistas, un problema en un país donde más de la mitad de los votantes vive en hogares que ganan menos de 1.000 dólares al mes.
Pero por ahora, el amplio respaldo de su partido y su reputación como hábil constructor de coaliciones ha convencido a muchos compatriotas de que está calificado para liderar a una nación del tamaño de un continente con 200 millones de habitantes.
3. Decisiones radicales
Marina Silva, una prominente ambientalista que llegó a liderar los sondeos, vio día a día cómo se iba desinflando abruptamente el apoyo de ciertos grupos de la sociedad al final de la campaña. Tal vez su mal asesoramiento profesional o simplemente su estatus religioso la llevó a tomar decisiones poco acertadas durante el proceso.
Sus detractores aprovecharon la coyuntura para acusarla de cambiar la postura en temas tan cruciales como el sistema tributario o el matrimonio homosexual al rechazar el casamiento entre personas del mismo sexo. Eso le otorgó a Neves una ventana para presentarse como una alternativa más segura.
4. El minoritario voto de los ‘indignados’
Los ‘indignados‘ que protestaron con fuerza en junio de 2013 en todo Brasil se volcaron en esta primera ronda electoral con Marina Silva, pero el escaso peso de este sector fue insuficiente para llevarla al balotaje, muy desgastada en la recta final de la campaña.
Silva aglutinó a la gran mayoría de los que participaron en las protestas por mejores servicios públicos que sacudieron a Brasil el año pasado, pero no tuvo calado en las favelas o en las regiones más pobres del país, fieles a Rousseff.
Además, en la recta final de la campaña no supo ganarse a los indecisos y perdió fuelle en medio del fuego cruzado de los ataques de sus rivales, que poseen una maquinaria electoral muy superior a la de su partido.
5. Las propuestas de Neves
En el sector económico, Aécio Neves prometió una política austera para poder llevar la inflación hacia la meta del 4,5 por ciento, aunque asegura que no será de un día para otro. Quiere una reforma tributaria, autonomía para el Banco Central y recuperar la confianza de los inversores en Brasil.
En el sector educativo, quiere que las escuelas con bajo desempeño tengan en 10 años un índice por lo menos semejante a la media nacional. Propone más escuelas de tiempo integral. Más inversión en el sector y continuar con programas sociales del PT pero hacerlos más efectivos.
En los aspectos como la corrupción y la política, planea reducir ministerios y eliminar la influencia política en los contratos con el Estado. Propone el fin de la reelección presidencial y fortalecer los partidos políticos, que deberán obtener un mínimo de 5 por ciento de los votos para garantizar su existencia.