Redacción Ibarra
El control aduanero en Imbabura es permeable. Eso es evidente en el destacamento de Yahuarcocha, el único de la provincia.
Allí, 10 uniformados se turnan el control durante las 24 horas del día. Este sitio es estratégico porque es el principal ingreso, desde el norte, a Ibarra, para luego conectarse a Quito y a las ciudades del resto del país.
Más equipamiento
En los últimos meses, según el Servicio de Vigilancia Aduanera, se ha incrementado el tráfico de televisores plasma. Estos cuestan en Colombia USD 500, mientras que en Ecuador se cotizan sobre los USD 1 300.
Los vigilantes recibieron este año chalecos antibalas, cascos, uniformes y armas para realizar los patrullajes.
Cuando los contrabandistas se oponen al control, los aduaneros piden apoyo al Ejército.
Óscar Albán, jefe del destacamento aduanero, reconoce que a pesar de que hay rampas y están instaladas las plataformas para la revisión de la carga, hay conductores de camiones que no paran. Eso se pudo constatar en la noche del pasado sábado.
Eran las 23:15 y tres camiones, marca Hino, pasaron el puesto de control, sin detenerse. Un aduanero salió al filo de la acera y levantó su brazo en señal de pare. Los choferes ignoraron esa señal. Los cajones de los vehículos estaban encarpados y claramente se notaba que llevaban carga.
Por ese puesto de control pasan los camiones que salen desde Carchi, Esmeraldas y del sur de Colombia. Albán reconoce que no pueden perseguir a quienes evaden la revisión, porque no disponen de un vehículo.
Eso también les impide realizar operativos en las vías que son utilizadas para sortear el control aduanero. Estas carreteras conectan a Ibarra con Urcuquí y Mariano Acosta y a San Lorenzo (Esmeraldas) con Salinas (Imbabura). También hay un pequeño ramal que bordea la laguna de Yahuarcocha y llega a Ibarra.
“Cuando hay denuncias, pedimos apoyo al Grupo Operativo Móvil de Quito. Eso nos permite contar con vehículos, armas y personal. Pero cuando el operativo es más urgente, no tenemos otra opción que utilizar nuestros carros”, asegura Albán.
Miguel Rojas es propietario de un taxi y acostumbra a trabajar durante las noches. Para él, el control aduanero de Yahuarcocha es como no haber. “Ya trabajo cinco años en esto y de lo que recuerdo me han revisado una vez”.
En lo que va de este año, el Servicio de Vigilancia Aduanera ha realizado 23 decomisos en la provincia de Imbabura.
En las bodegas de esta entidad se almacenaron 10 toneladas de bienes suntuarios, televisores, accesorios de computación, repuestos, confites, zapatos, ropa, licores, maquinaria pesada y cosméticos. Todos estos productos ingresaron desde Colombia.
En la frontera, el control es todavía más permeable. En el límite entre Carchi y Nariño existen 22 pasos no reconocidos, carrozables, por donde transita todo tipo de vehículos, con mercadería, alimentos, electrodomésticos… Los informes de Inteligencia Policial dan cuenta de que esas rutas son utilizadas también para el tráfico de armas y de drogas.
Antes de que se rompan las relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia, la Comisión Binacional de Buena Vecindad buscaba mecanismos para cerrar definitivamente esos pasos. Se realizaron varios estudios y el proceso se quedó trabado.
La falta de personal, vehículos y armas es una realidad que la comparten los 10 distritos aduaneros del Ecuador. Por lo pronto, se pretende solucionar, en algo, la falta de efectivos para los controles.
En el momento, 120 personas asisten al curso para vigilantes, en el Centro de Formación de Vigilancia Aduanera en Yahuarcocha. Édison Caza, rector del centro, informa que todos son menores de 26 años y tienen títulos de tecnólogos en carreras afines a la labor aduanera.
Ellos reciben materias relacionadas con la Legislación policial, militar y aduanera. Además, reciben instrucción en tiro, manejo de armas y combate táctico. Los estudiantes se incorporarán el 29 de diciembre y serán repartidos en los 30 destacamentos del país.