Padre de la adolescente accidentada en un parque de diversiones de El Quinche: ‘Mi hija no siente sus piernas’

Raúl Osorio (i), padre de la joven accidentada en un juego mecánico de El Quinche, habló sobre las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometida su hija tras el percance, ocurrido el martes 13 de noviembre del 2018. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Raúl Osorio (i), padre de la joven accidentada en un juego mecánico de El Quinche, habló sobre las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometida su hija tras el percance, ocurrido el martes 13 de noviembre del 2018. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Raúl Osorio (i), padre de la joven accidentada en un juego mecánico de El Quinche, habló sobre las intervenciones quirúrgicas a las que fue sometida su hija tras el percance, ocurrido el martes 13 de noviembre del 2018. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO

Una pesadilla vive desde la noche del pasado martes 13 de noviembre del 2018 cuando los compañeros de su hija Jennifer, de 15 años, le avisaron que ella sufrió un accidente en un parque de diversiones que se instaló hace una semana en la parroquia de El Quinche, noroccidente de Quito.

Para Raúl Osorio, padre de la víctima, esos momentos se volvieron eternos por la angustia. Estaba en la casa cuando un grupo de chicos desesperados se acercaron para decirle que su hija sufrió el accidente. A las 18:30 de ese día, ella y un grupo alumnos de un colegio de esa parroquia se subieron al juego llamado ‘spinout’ para divertirse.

Mientras la máquina daba vueltas, la adolescente cayó de 10 metros de altura tras permanecer colgada y sujetada solo por uno de sus compañeros por al menos ocho segundos. Por la fuerza de las máquinas, su peso venció y se cayó sobre una superficie de tierra y ripio.

Al llegar, Osorio la encontró semi inconsciente, desvaneciéndose del dolor. Estaba junto a su esposa, Rosario Anchapaxi, quien la acompañó en la ambulancia hasta trasladarla primero a un hospital público en la capital.

En el primer centro asistencial le dijeron que las lesiones eran muy graves y que “se esperen lo peor por la gravedad de las heridas”. La doctora les comentó que con “esa caída era para que la joven muriera”. Luego la llevaron a un hospital privado para ser evaluada.

Osorio recordó esos momentos este jueves 15 de noviembre del 2018, en una entrevista con EL COMERCIO. Le preocupa la salud de su hija, quien fue sometida a una operación de la pelvis que duró ocho horas. La intervención quirúrgica fue un éxito, pero sigue en cuidados intensivos.

Tiene múltiples lesiones en la pelvis, el húmero, brazo, hombro, costillas que comprometen a los pulmones y la cadera.

La intervención en la pelvis fue muy complicada porque había un sangrado interno y se presentaron daños en los nervios. “Por poco más se le comprometió la columna, pero afortunadamente no fue así”.

Tras entrar en conciencia, Jennifer les preguntó a sus papás por qué se encuentra en el hospital. No recuerda lo que sucedió durante el accidente. “Luego de la operación, conversamos con ella y está bastante dolida, me dijo papi no siento mis piernas. Tal vez mejor me hubiera muerto ¿qué será de mí?”, contó Osorio con la voz entrecortada.

Los allegados de la chica esperan que los propietarios de las máquinas se hagan cargo de los gastos médicos y la rehabilitación. Dos mujeres se acercaron a la familia para indicarles que cubrirán los USD 6 000 del ingreso al centro asistencial.

Sin embargo, les preocupa los costos que representan el internamiento, las medicinas, la rehabilitación y la operación a la que fue sometida. “Deben cumplir ellos porque son los responsables, permitieron que los jóvenes suban al juego sin tener seguridades. Igual las autoridades que no lo controlaron”, dijo Osorio.

No se descarta que, a futuro, Jennifer sea sometida a otra cirugía.
Luis Aníbal Valladares es abogado de la familia. Anunció que iniciará acciones legales en contra del representante legal de la empresa dedicada a esa actividad. Solo sabe que dos mujeres pagaron los USD 6 000 y nada más. Le han dicho que hay diferentes dueños de una y otra parte, pero no aparece una cabeza.

A su juicio, Fiscalía debe investigar quiénes son los representantes y dueños de la empresa.

Cuestionó el rol de las autoridades de control. “Por parte de los Bomberos, ¿por qué no hubo las inspecciones? ¿Por qué no se controló? Lo mismo por parte de la Intendencia, ¿cómo dejaron funcionar a un centro que no tenía los permisos necesarios y correspondientes? Lo mismo con las administraciones zonales”.

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