Imagen referencial. Según la psicología, es esencial crear acuerdos y horarios con niños y adolescentes sobre el uso de celulares y redes sociales en las vacaciones. Foto: Pixabay
“Fue una necesidad” el comprarle un celular a su hija de 9 años. Lo relata Paola, madre de Maddy. La pequeña llegaba de la escuela y se quedaba durante una hora sola en casa hasta que su mamá regrese del trabajo. Para comunicarse, optó por entregarle el celular, comprarle un chip y conectarle al mundo de las redes sociales.
Si la niña no le contestaba el teléfono rápidamente, la madre de 34 años optaba por hacerle una llamada por WhatsApp o por Facebook. También le mandaba mensajes y estaban conectadas durante el trayecto del trabajo a la casa.
Antes de darle “esa responsabilidad”, Paola le dio varias recomendaciones a su hija. Entre ellas, “No aceptes invitaciones de personas desconocidas”, “No subas fotografías” o “No contestes llamadas de extraños” están en la lista.
Maddy ha cumplido con esos acuerdos. Incluso han acordado un horario de uso del teléfono en estas vacaciones. Solo puede ocuparlo durante 30 o 40 minutos.
Llegar a acuerdos en el tiempo frente a la pantalla y hablar sobre seguridad son dos aspectos fundamentales para el uso de celulares o tabletas en niños y adolescentes, en especial, en vacaciones. En esta época, los chicos tienen más tiempo libre y pasan más en casa al cuidado de abuelos o parientes.
El primer criterio que hay que tomar en cuenta es que las redes sociales no pueden ser un obstáculo para hacer otras actividades como salir con amigos o pasear al aire libre, explica la psicóloga Sara Vinueza.
“Cuando se dejan de hacer esas actividades por estar en redes sociales es una alerta y hay que limitar el tiempo”. Ahí deben llegar a acuerdos sobre cuántos minutos u horas debieran estar frente a las pantallas. Por ejemplo, los 30 o 40 minutos que acordaron Paola y su hija.
Involucrarse o saber con quién habla el niño o adolescente es otra de las recomendaciones de Vinueza. Ella asegura que las redes sociales son un espacio para compartir gustos, preferencias, habilidades y talentos, por lo que es necesario que como padres se involucren más en ese aspecto de la vida de los chicos.
Esta situación -dice Vinueza- evita que los adolescentes se conecten con personas equivocadas o que les puedan hacer daño. Además, es necesario hablar con los chicos sobre la necesidad de no subir fotos en tiempo real, de su vivienda o imágenes en las que muestren sus partes íntimas.
La psicóloga además recomendó que los niños no debieran tener redes sociales, por los peligros a los que se enfrentan. Sin embargo, los adolescentes ya pueden abrir una cuenta, ya que están en la búsqueda de compartir nuevos intereses y gustos; incluso para relacionarse con sus pares.