Por Gabriel Lerman, especial para
Familia, desde Cancún, México.
Habla para su micrófono de corbata y nunca levanta la voz, así esté hablando de política o de lo riesgoso que es dejarse llevar por los elogios en Hollywood. Se llama John Cusack y tiene una sólida carrera en Hollywood con casi medio centenar de películas que incluyen títulos como ‘The Grifters’, ‘Bullets Over Broadway’, ‘Grosse Point Blank’ y ‘Being John Malkovich’.
“El mayor mito sobre la fama es que te hace feliz. No es así porque si todo el tiempo necesitas de ella se vuelve peligrosa…”Aunque alguna vez incursionó por las grandes superproducciones, como fue el caso de ‘Con Air’, Cusack ha preferido siempre al cine independiente y muchas veces ha sido el guionista y productor de sus propias películas, por eso fue una verdadera sorpresa verlo como protagonista de ‘2012’, la ambiciosa superproducción de Roland Emmerich, que cuenta de manera visualmente impactante cómo podrían llegar a ser los últimos días de nuestra civilización tal como la conocemos.
¿Qué fue lo que te llevó a decirle que sí a ‘2012’, teniendo en cuenta que no es el tipo de película que sueles hacer?
Es cierto, no suelo hacer películas de acción, pero tampoco me las ofrecen demasiado. No es lo mismo que te llamen de Sony para protagonizar una película de Roland Emmerich, que si lo que te ofrecen es un papel en ‘Starship Troopers 3’. En cualquier caso, lo que más me llamó la atención de ‘2012’ fue el guión, porque antes de que comience toda la parte apocalíptica de la película, nos tomamos nuestro tiempo para describir a estos personajes.
En mi caso, se trata de un hombre que está luchando duramente para poder resolver sus vínculos con sus seres queridos. De todos modos, reconozco que este guión no se parecía a los que me suelen enviar, porque había varías páginas muy elegantemente escritas sobre las complicaciones familiares de este personaje, a lo que luego seguía una escena que decía: “Roma es destruida”.
¿Cómo fue la experiencia?
Apasionante. Me quedaba mirando estas frases como “Roma es destruida” y me preguntaba cómo iba a hacer Roland para plasmar eso en la pantalla. Fue muy interesante verlo trabajar, porque todo lo que hace involucra foros de sonido gigantescos y pantallas verdes por todos lados. Pero a la vez, siempre tiene todo el tiempo del mundo para sus actores. Esa es la razón por la que hoy es, sin duda, el mejor en su género. Es capaz de prestar la debida atención tanto a los más minúsculos detalles técnicos como a la composición de los muchos personajes que aparecen en el filme.
¿Ser actor es una profesión estresante?
Sí. Actuar es como participar de una extraña maratón. Uno tiene que encontrar un ritmo para poder mantenerlo durante mucho tiempo.
¿Planificar una carrera es una maratón?
Puede ser. Creo que todo pasa por no involucrarse emocionalmente en lo que se dice sobre ti, sea eso bueno o malo. De pronto, se publican un millón de cosas sobre ti y todo parece muy importante, pero eso dura un mes. Yo creo que uno comienza a apreciar una obra de arte tres o cuatro años después de que ha sido terminada. Cuando uno termina una película, para saber si de verdad es buena o no, debería volver a verla cuatro o cinco años después. Si sigue siendo buena, es que de verdad lo es. El problema es que cuando sale una nueva película todo el mundo la quiere canonizar. Por eso no hay que creer en ese tipo de furor que se genera a tu alrededor y es mejor poner toda tu energía en el proceso para tratar de enriquecerlo. Por suerte yo ya llevo mucho tiempo haciendo esto, así que sé cómo funcionan estos ciclos de súbita fama seguidos de repentino desconocimiento.
¿Te resultó difícil darte cuenta de cómo funcionaba esto al comienzo siendo tan joven?
Uno va aprendiendo a partir de la experiencia. Cada dos años te vuelves el actor de moda o haces una película que tiene mucho éxito. Todas las estrellas tienen que estar alineadas para ti para que una película funcione. Cuando eso se da, todo el mundo te elogia y dice que eres el nuevo Marlon Brando. Y al mes siguiente eligen a otro como el nuevo Marlon Brando. Y un mes después es otro. Yo ya no me acuerdo quién fue el actor de moda el año pasado o el anterior, nada de eso tiene importancia. Lo verdaderamente importante es lo que hagas a lo largo de 10, 20 ó 30 años y el resultado va a depender de tu ética de trabajo. Es como elegir entre invertir en acciones a largo plazo o tratar de cobrar en efectivo tu ganancia cada dos meses.
Durante años fuiste famoso entre la comunidad hollywoodense porque rechazabas casi todos los proyectos que te ofrecían. ¿Hoy dirías sí a alguno de los proyectos a los que dijiste no?
No, supongo que hoy rechazaría esos mismos proyectos que rechacé entonces. No me gustaron en aquel momento y no me gustan ahora. El hecho de que hayan amasado una fortuna en la taquilla no hizo que me arrepintiera. Probablemente la mía no haya sido una decisión inteligente desde un punto de vista económico, pero si hubiera tenido que pasarme tres o cuatro meses trabajando desde las 6 de la mañana hasta las 7 de la tarde en un filme que no me interesaba en lo más mínimo, hubiese sido terrible. Necesito sentir que lo que hago puede servir para que la película valga la pena. He hecho 6 o 7 películas que han sido muy buenas, esos son los verdaderos éxitos de mi carrera. No ganaron mucho dinero, pero son bastante decentes en términos cinematográficos…
¿Qué fue lo que los llevó a ti y a tu hermana a convertirse en actores?
Nuestros padres nos mostraron el mundo del arte, el teatro, la música y el cine que tanto amaban. Por algo todos en mi familia están en esta industria, haciendo diferentes cosas. Mis dos hermanas son actrices. Mi hermano dirige y pinta. Yo tenía 13 cuando me interesé por la actuación. Creo que era el mejor en mi clase de teatro y fue así como comenzó todo…