La acera se vuelve estrecha, los jóvenes hacen fila o se estacionan en uno de los siete puestos de comida que tiene este tramo. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
Son las 21:00, y es casi imposible transitar por la calle Isabel La Católica, entre las calles Madrid y Francisco Salazar, en el centro norte. La razón es la salida de los estudiantes universitarios de los tres centros de estudios superior aledaños.
La acera se vuelve estrecha, los jóvenes hacen fila o se estacionan en uno de los siete puestos de comida que tiene este tramo.
Los pinchos y las hamburguesas
No cuestan más de USD dos y los hay de carne, pollo o morcilla, son los pinchos. En este lugar hay tres puestos. Uno de ellos es el de Mónica Robles, de 32 años. En su parrilla se ven un gran número de ellos.
Robles explicó que la asociación le permite vender 30 pinchos.
Al acercarse un cliente, le pasa una brocha cargada de chimichurri y lo pone a asar. Su puesto al igual que la mayoría empiezan con la venta desde las 18:00 hasta las 22:00.
A unos pasos más al norte, el olor de la carne y papas fritas es inconfundible. Un sinumero de jóvenes que esperan a que los atiendan. Algunos comen parados o buscan un ‘filito’ para sentarse, otros comen en el interior se sus vehículos. Los precios oscilan entre las USD 2 y USD 3,50.
Papa rellena y tripas
Sobre la parrilla y con ayuda de un cuchillo, corta la tripa para el deleite de algunos universitarios que esperan. El plato cuesta USD 1,75. Sin emabrgo, no solo es una parada de los estudiantes, ahí comen también los choferes de buses y taxis.
Con café o gaseosa se ofertan a USD 1,50 las papas rellenas o arepas. Blanca Peralta, junto a su esposo ofertan estas comidas desde hace seis años.
Verde
En la av. América, en la acera que bordea la Universidad Central se encuentra seis puestos de comida. Dos de ellos ofertan empanadas de verde de queso o carne, así como bolones.
Los jóvenes explican que es una comida sabrosa y barata. En muchos casos solo alcanza para comer este tipo de comidas, así lo refiere Mishell Suntaxi, de 19 años, estudiante de Comunicación Social.
Fabricio Castro, de 18 años, denunció que no siempre tiene la mejor atención en los puestos. Debido a la acumulación de personas en los puestos la atención se vuelve compleja y no se atiende en el orden de llegada, afirma el joven.
En la Universidad Central hay dos puestos de pinchos que preparan aproximadamente 100 unidades diarias. Los venden a USD 1,25 y 1,50. Son conocidos por la sazón afirman los vendedores. Ambos negocios llevan en el mismo lugar más de una década. Uno de los ofertantes explicó que casi siempre venden todo lo preparado.