Redacción Cuenca
José Ugalde está molesto. Ayer, su negocio, una distribuidora de caramelos, ollas, electrodomésticos… estuvo parado por tres horas. El corte de energía empezó a las 10:00 y terminó a las 13:00, en el sector de San Blas, en el centro de Cuenca.
“No podemos hacer nada”. En las oficinas del negocio nadie está trabajando. Los empleados conversan a la luz de una vela, que en algo aclara los oscuros pasillos. Otros acomodan algunas cajas en una bodega, mientras persiste el descontento del dueño.
“Así como nos generan pérdidas también deberían bajarnos el pago de impuestos”, decía Ugalde. Está seguro que de seguir los apagones, pese a que bajaron las horas de racionamiento, deberá despedir a varios empleados.
Este negocio distribuye mercadería a Cañar, Azuay y Morona Santiago. Cuando no hay energía, los camiones están parqueados y los choferes esperan que llegue el servicio para ser despachados. Según Ugalde, no se factura y si se hace a mano se corre el riesgo de cometer errores.
El comerciante cuencano no se atreve a decir cuánto dinero pierde al día, pero se lamenta de que cuando no envía la mercadería a sus clientes, estos buscan abastecerse en la competencia.
En cambio, en la copiadora de Carmen Pizarro, sus dos empleados están dedicados a la limpieza. Este negocio está a pocas cuadras de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, en el Centro Histórico de Cuenca.
Según esta cuencana, en las tres horas que ayer permanecieron sin luz perdió unos USD 40. Suspendió el servicio de fotocopiado y el alquiler de computadoras.
Ella cuenta que cuando hay apagones, sus clientes llegan y se van en busca de otro lugar donde les atiendan. “Hay mucha competencia en el centro de la ciudad y los clientes buscan una atención rápida. Ellos no esperan hasta que regrese la luz”.
Según el vicepresidente de la Cámara de Comercio de Cuenca, Xavier Patiño, no se puede determinar con exactitud un valor de pérdidas para este sector, por la diferencia entre los negocios.
Por ejemplo, no es lo mismo que quiten el suministro a una zapatería al mediodía, que le suspendan a una panadería, que debe tener listo el pan a las 17:00.
En Cuenca hay 4 200 empresas comerciales, donde labora el 31,6% de la población ocupada de la urbe. La Población Económicamente Activa de Cuenca es de 119 470.
Para no reducir sus ventas, Sandro Guerrero compró un generador de energía en USD 300.
Con el uso de ese aparato evita dejar de preparar los jugos para sus clientes, aunque las luces estén apagadas “El generador no abastece para tener todo prendido, solo las licuadoras y la caja”.
Los comerciantes de la ciudad se dan modos para evitar una caída drástica en sus ingresos.
Una actividad vital
Para Azuay, Cañar y Morona Santiago, la Empresa Eléctrica Regional Centrosur fija cinco sectores al día para cortar el servicio, de 08:00 a 22:00.
Los ciudadanos pueden verificar los cortes en la página de la Centrosur: www.centrosur.com.ec, el enlace Programación de Ahorro Energético muestra el horario.
Según una investigación de la Universidad de Cuenca, el comercio es la principal actividad de la urbe. Se calcula que representa el 21% del Producto Interno Bruto local, seguido por la construcción, con el 19%.